Sin embargo, si efectivamente se alcanzara ese nivel de consumo por parte de los automovilistas del país, en estos pocos años tendrían que multiplicar por ocho la actual capacidad que ha sido desarrollada en cinco años.
Estas son las cuentas que giran alrededor de la agroindustria del etanol en Colombia. Si embargo, ateniéndose a la realidad de la producción del biocombustible no se alcanzarán a colmar las expectativas.
Por ejemplo, en cuanto al área sembrada con caña azucarera, se estima que serían necesarias 440.000 hectáreas nuevas, de las cuales muy pocas quedarían por sembrar en el valle geográfico del río Cauca, por lo que es necesario 'colonizar' nuevas áreas de cultivo.
Esto quiere decir, montar nuevos polos de desarrollo de biocombustibles en zonas como los Llanos Orientales y la Costa Atlántica, desde donde podría surtirse a todo el país.
Por el área, se estima que no hay inconveniente, pues la frontera agrícola del país tiene disponibles no menos de un millón de hectáreas para sembrar.
A precios de hoy, sembrar una hectárea nueva con caña azucarera demanda una inversión de nueve millones de pesos, sin contar con el valor de la tierra.
Así, manteniendo el rendimiento actual de la producción cañera del Valle del Cauca (75 litros de alcohol por tonelada), deberían cosecharse 1.000 hectáreas diarias y entregar a las destilerías 120.000 toneladas.
De esta forma, la producción podría ser de 9 millones de litros de etanol por día.
Ahora, para suplir esa hipotética demanda de 85 por ciento de etanol (a partir del azúcar) se necesitaría la puesta en funcionamiento de 25 destilerías adicionales, con una capacidad instalada de 300.000 litros diarios.
Hoy, funcionan en Colombia cinco destilerías que producen 1,05 millones de litros diarios de etanol.
Si esta es anexa a un ingenio, demanda una inversión de 35 millones de dólares, y si es completa, es decir, con ingenio incluido, la inversión se incrementa en 140 millones de dólares, es decir, 175 millones.
Pese a que Brasil cuenta con varias fábricas de destilerías en la zona de Piracicaba (Dedini, por ejemplo), habría que importarlas de la India, pues es la tecnología que se usa en el país.
Por ahora, en los cálculos más conservadores del sector de la agroindustria azucarera, se estima un crecimiento del uno por ciento anual, sostenido por un rendimiento mayor de las áreas sembradas, la investigación y el desarrollo alrededor de la caña azucarera.
Sin embargo, si de nuevos negocios se trata, para los ingenios es más viable y cercana la cogeneración de electricidad, a partir del cambio de las calderas.
También, los grupos económicos a los que pertenecen los ingenios buscan diversificar sus negocios, apuntando a la siembra de palma aceitera y la ceba de ganados con residuos de la producción, entre otros.
Más sumas a la iniciativa
A todo lo descrito anteriormente debe sumársele la demanda de insumos, productos y servicios del montaje y puesta en funcionamiento de una destilería o un ingenio, más si se trata de zonas 'nuevas', como los Llanos Orientales.
Además, lo relacionado con vías, servicios públicos, vivienda y alimentación, entre muchos otros aspectos.
De otra parte, vale la pena destacar que la infraestructura necesaria para la distribución del etanol, como carrotanques, poliductos de transporte de combustibles y los tanques de almacenamiento en las estaciones de servicio, entre otros, deben adecuarse al producto.
Esto, porque el etanol es altamente corrosivo y, además, resulta fácil que se mezcle con partículas suspendidas de agua en el ambiente.
En cuanto a la financiación de todo lo que implica dicha iniciativa, deberá salir del bolsillo de los inversionistas, pues el Gobierno, a través de Finagro, ofrece líneas de crédito solo para la compra de la maquinaria y para el establecimiento de los cultivos.
Los proyectos 'fuera de lugar'
La remolacha, la yuca y la caña panelera han dado de qué hablar en el tema.
El primer proyecto, que se lanzó para el municipio de Tuta (Boyacá) fue cancelado por parte de Campos Chilenos, el accionista mayoritario, y el segundo, en la costa Atlántica, terminó siendo una planta de producción de almidones.
Ahora, está en desarrollo el proyecto de etanol a partir de caña en la hoya del Río Suárez, cuyo lanzamiento empresarial se hizo a finales del año pasado y demandó una inversión de 160 millones de dólares, aporte de las empresas estadounidenses Biofuel Company, Alcol Tech y Kynetic Corp.
Finanzas
05 may 2009 - 5:00 a. m.
No hay caña para tanto etanol pues habría que multiplicar capacidad en muy corto tiempo
Si se pretende que en 2012 los carros en Colombia funcionen con 85% de etanol, se interpreta como un estímulo a la demanda para que la industria aumente su oferta de ese biocombustible.
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