Tras cinco años de trabajo y 20,7 millones de dólares de gasto, el museo escogió este día, cuando cumple 100 años de existencia, para inaugurar una muestra que se pregunta qué significa ser humano. Uno de los descubrimientos más asombrosos es que no hay una línea única de progreso desde una criatura más parecida a un primate o un simio hasta nosotros hoy en día, sino que somos miembros de un árbol familiar de especies que es bastante diverso, dice Rick Potts, curador del Museo. En sus ramas hay catalogadas 20 especies, cuatro de las cuales caminaban sobre la tierra hace tan sólo 70.000 años, incluida la nuestra, el homo sapiens. El museo ha reconstruido los rostros de algunos de esos parientes perdidos con técnicas forenses que cuentan con un detalle extraordinario, desde las patas de gallo en torno de los ojos hasta la coleta de un Neandertal. Se trata de seres de huesos más robustos que nosotros y con frentes menores, pero que pueden hacer recordar fácilmente a algún conocido de verdad, pues sus caras son sorprendentemente familiares. Un computador instalado en el museo permite hacerse una foto y transformarse en uno de esos hombres y mujeres antiguos, unas imágenes que sin duda inundarán el perfil de los usuarios de Facebook y otras redes sociales. Todos ellos tenían alguna combinación de las cualidades que nos hacen ser quienes somos: el andar de pie, que tantos dolores de espalda nos da, la capacidad de hablar, el dominio del fuego y la pasión por representar el mundo, al principio, en las paredes de las cuevas. Nuestra evolución fue una respuesta a un entorno y un clima cambiantes. El cráneo, el cuerpo, el lenguaje, el arte, nos hacen criaturas adaptables a periodos secos y húmedos, fríos y calientes, explica Cristián Samper, director del Museo. Pero como en toda buena familia, el pasado también esconde tragedias. Hace 74.000 años el homo sapiens estuvo a punto de extinguirse por razones desconocidas y nosotros estamos aquí porque entonces se salvaron 10.000 humanos. Esa mortandad generó un cuello de botella genético, señaló Samper, que hace que los humanos seamos muy similares unos a otros. La exposición relata el periplo humano a través de 300 objetos, 76 réplicas de cráneos y el único fósil de un esqueleto de Neandertal de Estados Unidos, uno de los tesoros del museo. Durante tres meses también estarán a la vista dos cráneos originales, prestados por el Museo del Hombre de París y que están en Estados Unidos por primera vez. La exposición relata el periplo humano a través de casi 300 objetos, incluidas 76 réplicas de cráneos y el único fósil de un esqueleto de Neandertal de Estados Unidos.ANDRUI
Finanzas
18 mar 2010 - 5:00 a. m.
De hombre moderno a Neandertal
Washington/EFE. Quien quiera conocer su árbol genealógico, el que comienza hace 6 millones de años, puede desde hoy acercarse a una exposición del Museo de Historia de Natural de Washington, donde se reconocerá, sorprendentemente, en un hombre de Neandertal.
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