"El momento más feliz de toda mi vida es este, en el que estoy con mis niños", dijo Betancourt.
Melanie y Lorenzo llegaron, junto a su padre Frabrice Delloye, en un avión oficial enviado por el presidente francés Nicolas Zarkozy, acompañados por el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, quien agradeció al Gobierno de Colombia el rescate y aseguró que la familia de la ex candidata presidencial ayudará a liberar a los que siguen cautivos de las Farc.
"Quiero agradecer al presidente Álvaro Uribe, y quiero agradecer al pueblo colombiano y a todos los que han participado en la lucha por la liberación de Íngrid y de todos los presos", dijo Kouchner tras abrazarse con la política rescatada, que también tiene la nacionalidad francesa.
Consumida por la emoción, Betancourt no soportó la espera en la pista aérea de la base militar donde aterrizó el avión y subió junto con su madre por las escalinatas del Airbus cuando este abrió sus puertas para reunirse con sus hijos.
Betancourt permaneció por varios minutos dentro del avión, donde también estaba su hermana Astrid, quien reside en París.
Luego bajó acompañada por su familia y ante los micrófonos y las cámaras exclamó: "El paraíso, eso es algo parecido de lo que estoy sintiendo en este momento, le doy gracias a Dios por este momento tan bello".
Entre lágrimas Betancourt dijo, abrazando a sus hijos: "Son mi orgullo, mi razón de vivir, mi luz, mi luna, mis estrellas. Por ellos seguí con ganas de salir de esa selva. Por volverlos a ver".
Lorenzo, el hijo menor de Betancourt, dijo sentir una confusión de sentimientos al ver a su madre tras su largo cautiverio. "Hemos ganado un combate por la libertad, que es muy preciosa", comentó.
Durante el reencuentro, Betancourt hizo un llamado a los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa: "Que nos ayuden a restablecer vínculos de amistad, de fraternidad, de confianza, con el presidente Álvaro Uribe".
Fue una clara referencia a las frías relaciones del presidente colombiano con su par venezolano y al rompimiento de relaciones con Ecuador.
Por su parte, el presidente Chávez aseguró ayer: "Estamos jubilosos y alegres por la liberación de esas personas, y además, más alegres aún porque se hizo la liberación sin que se derramara una gota de sangre", declaró.
Betancourt continuó una larga jornada durante todo el día, pues luego de reencontrarse con sus hijos y atender las preguntas de los medios, visitó la tumba de su padre, quien falleció un mes después de haber sido secuestrada.
"Vinimos a rezarle a mi padre. Le agradezco a Colombia por acompañarme", dijo Betancourt, quien admitió que su momento más duro del cautiverio fue al enterarse de la muerte de su padre.
Posteriormente celebró con champaña la libertad junto con sus seres queridos en la residencia de su madre, Yolanda Pulecio.
Betancourt ya en compañía de su familia y en completa libertad viajó en horas de la noche rumbo a Francia, para agradecer a Sarkozy y al pueblo francés por la solidaridad durante su cautiverio.
Los guerrilleros
El Ejército presentó a alias 'César', comandante del frente primero, y a alias 'Gafas'. Ambos estaban custodiados por integrantes de la Policía Militar (PM) del Ejército.
El fiscal general, Mario Iguarán, manifestó que los guerrilleros detenidos podrán acogerse a los beneficios de la ley si colaboran con la justicia.
Pero hoy, algunos medios de prensa consideraron que ambos podrían ser solicitados en extradición por autoridades de Estados Unidos, por el secuestro, de más de cinco años, de Gonsalves, Howes y Stansell, quienes viajaron el mismo miércoles a su país.
Recibimiento institucional para demás liberados
Calles engalanadas y mariachis hicieron parte de la bienvenida que se le hizo a los militares y policías rescatados.
La celebración comenzó a media mañana cuando los generales Freddy Padilla, comandante de las Fuerzas Militares, y Mario Montoya, comandante del Ejército, ingresaron a la sede de la institución en Bogotá y, tras ellos, los siete miembros del Ejército que regresaron a la libertad.
Tras una salva interminable de aplausos, un mariachi conformado por soldados del Batallón Guardia Presidencial interpretó una serenata que incluyó, entre otros, reconocidas canciones como El ausente y El Rey.
A diferencia de cómo lucían al llegar el miércoles, los siete militares, un oficial y seis suboficiales vestían ya su uniforme camuflado de rigor y estrenaban corte de pelo, aunque algunos prefirieron dejar el bigote que mantuvieron durante su cautiverio.
Los altos mandos, los ex rehenes, sus compañeros y decenas de funcionarios interpretaron al unísono melodías mexicanas, como
también los himnos de la institución militar.
Entre tanto, cerca de la sede del comando de las Fuerzas Militares, en el edificio de la dirección de la Policía, el general Óscar Naranjo encabezó a su vez el saludo de bienvenida al oficial y tres suboficiales rescatados.