Desde hace un par de años, Alianza ha gastado su “capital político”, ganado con la llegada del dólar a los 3.000 pesos, explicando que la divisa en el mundo y en Colombia no va a cambiar de dirección hasta que Estados Unidos cierre el ciclo económico más largo de su historia.
Hay dos etapas muy distintas que lo mantendrían al alza.
La primera, en la que los flujos regresan a los EE.UU. respondiendo a una Reserva Federal (FED) decidida a frenar la dinámica económica y la inflación. Piensen en el 2018.
Y después, una segunda mucho menos sutil, de la mano de una desaceleración global y la recesión americana que golpea al crecimiento emergente y desvaloriza materias primas, esperada por nosotros en algún momento del 2019 y 2020.
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YO NO OLVIDO EL AÑO VIEJO
Comencemos por lo que nos dejó el año viejo, dos semestres muy diferentes.
El primero simbolizó la tranquilidad, la vida sencilla y ordenada de un dólar llegando a 2.680 pesos de la mano de un petróleo fuerte, llevando la inflación colombiana al 3%.
Todo bajo un discurso de incredulidad ante las subidas de tasas de la FED, completa confianza en el reinado de la OPEP y la creencia de que el nuevo gobierno venía con las cuentas cuadradas.
En contraste, la segunda parte del año fue de agitación, trayendo consigo niveles muy cercanos a los máximos históricos mientras cada una de las tesis anteriores desaparecían.
Así que si en este diciembre el año viejo no le trajo unos dólares, al menos que nos deje un par de enseñanzas bien buenas.
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Primero, el mundo lleva ocho años de dólar fuerte y Colombia siempre ha sido un instrumento de aceleración de la tendencia global. Esto, hasta el punto que no pudimos escaparnos de la devaluación mundial con petróleo triplicándose en precio.
Así que si usted piensa que el dólar va a bajar, no solo necesita petróleo estable sino que al mundo le dejen de gustar los dólares.
Segundo, la FED ha ganado la guerra de las siglas. Durante el 2018 la política monetaria de EE.UU. sorprendió al mercado con un alza consistente en tasas en contravía de los deseos del mismo Trump.
Esto, al tiempo que la OPEP pensó que subir producción era una posibilidad que no traería caídas en el precio del barril.
LA VÍSPERA DE AÑO NUEVO
Sin embargo, en la víspera del 2019 estamos recibiendo una última lección y los mercados lo están sintiendo con el cuerpo y con el alma.
En el mundo están comprando dólar como resguardo de una posible desaceleración global, exactamente la razón opuesta de las compras de gran parte del mismo año, argumentando un muy corto ciclo de crecimiento sincronizado. Esto, mientras el alto precio del petróleo por fin comienza a afectar las expectativas de consumo.
Lo anterior, de la mano de un típico entorno de menores expectativas de crecimiento. Grandes ventas en acciones americanas pese al récord en utilidades y bonos del tesoro en EE.UU. a punto de dar la señal definitiva de recesión: que la tasa de interés del bono de corto plazo sea la misma que la del título de largo plazo.
En pocas palabras, si el dólar en Colombia lo determinó la OPEP en el 2016 y 2017 y la FED en el 2018, en Alianza pensamos que el 2019 será el año que la economía se le sale de las manos a ambas entidades.
Con dólar funcionando como resguardo y siendo invertido en tesoros del EE.UU. a una tasa muy atractiva y con el petróleo que en 9 de 10 recesiones termina cayendo entre 40% y 70% en precio.
VAMOS A BRINDAR POR LA REFORMA AUSENTE
Para que el otro año esté presente.
Hasta ahora no hemos hablado del riesgo local, hoy en máximos del año. Si bien es posible que la ley de financiamiento junto a una reducción del gasto salven las metas fiscales del próximo año, el problema es que hace unos meses nadie se imaginó que íbamos a estar solucionando los faltantes del 2019 cuando los importantes son los del 2020 en adelante.
Así que sin una reforma tributaria dirigida a temas estructurales como las pensiones o la formalización laboral, una desaceleración global inesperada mantendría a nuestro PIB un par de años más por debajo del 3% y a las calificadoras ofuscadas pensando en su próximo paso.
CINCO PA' LOS 3.450
Hace 12 meses escribimos que para esta época el dólar estaría cerca de los 3.200 pesos. Nuestra meta mínima desde que advertimos que después de una crisis petrolera venía una recesión en EE.UU. ha sido los máximos históricos en 3.450.
Si suena alto, piensen que sería solo 300 pesos de devaluación frente a los 1.000 pesos de las dos recesiones anteriores en 2001 y 2008. Una estimación moderada que refleja que incluso para Alianza ha llegado la Navidad.
Felipe Campos
Gerente Estrategia e Investigaciones Económicas Alianza Fiduciaria - Alianza Valores