Los negocios de estos dos países permite a los chinos no depender tanto de E.U.
Bloomberg. Li Wei, un diplomático chino en Riad, acababa de despedirse este mes de una delegación del Ministerio de Comercio que había viajado a Arabia Saudita cuando empezó a prepararse para otra visita gubernamental china dos semanas más tarde.
"Todos los meses tenemos delegaciones que vienen a Arabia Saudita", dijo Li, que trabaja en la sección comercial de la Embajada de China en la capital saudita. "Estamos demasiado ocupados".
China, el segundo consumidor del mundo de petróleo, y Arabia Saudita, que tiene aproximadamente la quinta parte de las reservas globales de crudo, estrechan cada vez más sus lazos en momentos en que el reino del Golfo Pérsico responde al intento chino de alimentar sus crecientes necesidades de energía. En noviembre, China superó a Estados Unidos como principal comprador de petróleo saudita, y Saudi Arabian Oil Co. y Saudi Basic Industries Corp. invierten en proyectos petroquímicos y de refinería en China.
La sociedad entre Arabia Saudita y China forma parte de una estrategia más amplia del mayor exportador de petróleo del mundo de penetrar en los mercados asiáticos y extender su influencia internacional. Eso también contribuye a que Arabia Saudita reduzca la dependencia de Estados Unidos, que desde la Segunda Guerra Mundial ha protegido la seguridad saudita a cambio de una provisión de petróleo estable, dijo Ben Simpfendorfer, economista jefe para China de Royal Bank of Scotland Plc., con sede en Hong Kong.
"El ascenso de China le ha proporcionado a Arabia Saudita una excusa para golpear a la puerta de Washington y decir: 'Ustedes no son nuestro único socio'", dijo.
En comparación con Estados Unidos, cuyo apoyo a Israel ha creado roces con Arabia Saudita, "con China la carga es menor. Hay rutas más fáciles con beneficios mutuos", dijo en una entrevista el príncipe Turki al-Faisal, ex embajador saudita en E.U. y hermano del ministro de Relaciones Exteriores, Saud al-Faisal.
COMERCIO FLORECIENTE
Desde que Arabia Saudita y China establecieron relaciones diplomáticas, el comercio bilateral ha crecido a más de 40.000 millones de dólares en 2008, mientras que era de 290 millones en 1990.
El petróleo es el núcleo de la relación. En momentos en que alrededor de la quinta parte de las importaciones chinas de crudo proceden de Arabia Saudita -aproximadamente un millón de barriles por día en comparación con 455.000 barriles diarios en 2005-, el reino invierte en la expansión de la capacidad china para refinar el crudo pesado saudita.
Saudi Aramco, la mayor productora de crudo del mundo, se asoció con China Petroleum & Chemical Corp. y con Exxon Mobil Corp., de Irving, Texas, para triplicar la capacidad de una refinería en la provincia china de Fujian y llegar a los 240.000 barriles diarios el año pasado.
Saudi Basic Industries Corp., que tiene sede en Riad y es la mayor productora de petroquímicos del mundo, colaboró con Sinopec de Pekín en la construcción de un complejo petroquímico en la ciudad portuaria de Tianjin, en el norte de China, que inicia sus actividades este año.
"China es un país que tiene el mayor mercado para nuestros productos, de modo que esto no es una cuestión política sino que son sólo negocios", dijo Mohammed Al-Mady, máximo responsable ejecutivo de la compañía, Sabic, en una entrevista del 10 de abril.
La necesidad china de petróleo la lleva a buscar una mayor influencia en Medio Oriente, dijo Shi Yinhong, un profesor de relaciones internacionales de la Universidad Renmin en Pekín.
El fortalecimiento de los lazos económicos con Arabia Saudita "tendrá algún tipo de incidencia en la gradual reducción de la preponderancia estadounidense en ese país, si bien ese no es un objetivo muy elaborado ni consciente de la relación de China con Arabia Saudita", agregó. "Ese es un subproducto. El objetivo de China es la energía".
"A nadie debería sorprenderle el hecho de que los chinos estén comprando más petróleo saudita que nunca", dijo Robert Hormats, subsecretario de estado de Economía, Energía y Agricultura de Estados Unidos
Cercanía de poderes
El mutuo interés entre China y Arabia Saudita se ha reflejado en los acercamientos políticos entre estas dos naciones.
Por ejemplo, el rey Abdullah, que tiene 86 años, eligió a China como primer destino de su viaje al exterior en enero de 2006, meses después de convertirse en rey. Por su parte, el presidente chino, Hu Jintao, ha estado dos veces en Arabia Saudita desde 2006, la última vez en febrero de este año.