Las inversiones se concentran en generación y distribución de electricidad, servicios financieros y de salud, transporte naviero, comercio minorista y proyectos de biocombustibles.
Además, su evolución ha estado marcada por dos ciclos: el primero, entre los años 1994 y 1997, el cual estuvo asociado al sector energético (generación y distribución de electricidad) y minero; mientras que el segundo, que se inicia en 2003, está ligado a la actividad de servicios y, en particular, el comercio minorista.
Sin embargo, agrega el estudio, tal como ocurre en otros mercados de la región, el sector energético -tanto en generación como en distribución- concentra el mayor volumen de inversiones chilenas en Colombia, con 80 por ciento y 5.077 millones de dólares. Le siguió en importancia servicios, con 987 millones de dólares y un 15 por ciento.