Los resultados obtenidos por la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) en 2017, no se parecen en nada a la economía nacional. Mientras el país vivió uno de los años más difíciles de la última década, esta sociedad anónima y de economía mixta obtuvo las mejores cifras en los 39 años de operación.
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La utilidad neta ascendió a $8.044 millones, frente a $4.851 millones del 2016, lo que equivale a un crecimiento del 66%. Es más, el 2018 pinta bien. Solo en enero pasado se registraron ganancias cercanas a los $1.000 millones.
Rafael Mejía López, presidente de la entidad asegura que uno de los factores a destacar fue el incremento de las compras públicas a través de la BMC, las cuales pasaron de $400.000 millones en el 2016 a $1,2 billones el año pasado.
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Las cifras positivas le permitirán a la entidad, por primera vez en los últimos 13 años repartir más de $5.000 millones en dividendos, entre sus socios.
El mayor accionista, es el Ministerio de Agricultura con el 11%, pero ahora el Gobierno tiene el 45% adicional, producto de la intervención del Fondo Premium, cuyos recursos pasarán a manos de los damnificados del descalabro de esa firma.
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El presidente de la Bolsa Mercantil, Rafael Mejía sostiene que los resultados positivos son producto de la reingeniería iniciada en 2016. “A finales del año pasado creamos las vicepresidencias de regulación y tecnología”.
Para los productores, la buena salud financiera de la BMC es una noticia positiva, pues consolida este mecanismo de comercialización, atado a mecanismos que obligan el cumplimiento de compromisos parte de compradores y vendedores. Se trata de un proceso en el que se une la oferta con la demanda, pero se hace seguimiento hasta el fin de la operación. “Tenemos una reglas de juego claras, los cual genera confianza entre las partes, dice Mejía”.
En la actualidad, la BM es el escenario para la comercialización de 5.000 productos registrados, de los cuales 2.500 están disponibles para el mercado de compras públicas, blindados y estandarizados con sus respectivas fichas técnicas.
DIVERSIFICACIÓN DE PORTAFOLIO
La ampliación del portafolio de productos y servicios seguirá siendo uno de los objetivos de la Bolsa Mercantil.
Por ejemplo, se está trabajando en la vinculación de la empresa privada, a fin de que las compañías realicen sus compras a través de subastas públicas.
De la misma manera, se ha fortalecido el sistema de repos, con el fin de que los productores puedan disponer de flujo de caja. En este tipo de negocio el gran beneficiario es el sector agropecuario, que puede almacenar sus cosechas para comercializarlas cuando los precios mejoren.
En la lista de productos nuevos figuran los créditos de carbono, cuyo reglamento está listo para la aprobación de la Superintendencia Financiera.
Tras la reforma tributaria, la BM servirá de intermediaria para la oferta y demanda de los bonos. Se trata de títulos forestales que adquieren empresas que deben compensar sus efectos sobre el medio ambiente, pero que benefician a campesinos y proyectos de reforestación.
Otro producto es de la comercialización de facturas. La entidad está trabajando en la presentación del reglamento a la Superfinanciero.
Igualmente, en los contratos a futuro se decidió asignar anticipos. De esta manera se incentiva la agricultura por contrato, en la medida en que el productor dispone de recursos para el desarrollo de su cultivo. Este producto está respaldado por el Fondo Agropecuario de Garantías (FAG).
“La Bolsa Mercantil no se ha olvidado del campo, por el contrario, sigue siendo su principal foco, y gran promotora de la formalización”, indicó Mejía.
BAJA RENTABILIDAD
Pese a las buenas noticias sobre la preponderancia de la Bolsa en la comercialización agropecuaria, su presidente dice que el sector sigue muy golpeado en materia de rentabilidad, pues todos los indicadores confirman que los productores no encuentran una salida a este problema.
“Aunque el agro tuvo un buen crecimiento el año pasado (5%), la rentabilidad del sector disminuyó para la actividad primaria, es decir, para los cultivadores y para quienes invierten en el negocio pecuario”.
Mejía criticó el recorte presupuestal del 2018, pues el sector le sigue aportando al crecimiento y al control de la inflación. “No es posible que, pese a su buen desempeño, le reduzcan el presupuesto de $2,8 billones el año pasado a $1,8 billones para este año, es decir, un recorte del 30%. Si este es el sector más dinámico de la economía, ¿por qué le recortan el presupuesto?”, pregunta Mejía.
En concepto del presidente de la Bolsa Mercantil, uno de los problemas que enfrenta la economía es la incertidumbre sobre los principales indicadores, pues hasta el propio gobierno cambia constantemente sus proyecciones.
“Hay una brecha muy amplia entre las proyecciones de los diferentes centros de estudios y los analistas, algunos muy optimistas y otros muy pesimistas”. Mejía dice que esta situación evidencia una falta de consenso sobre el rumbo de la economía.