Ha sido hábil dando importancia a los temas internacionales, e impulsando asuntos como el de los retos asociados al cambio climático. Su carisma le ha creado un buen ambiente en los escenarios globales y el mundo ve con interés una nueva dimensión de Estados Unidos que pretende dejar atrás la antipática imagen del Gobierno de Bush. La economía, por su parte, no presenta el escenario catastrófico que muchos habían pronosticado y, sin duda, la opinión norteamericana asocia este control de daños frente a la gran crisis que se gestó a las acciones del nuevo Gobierno. Desafortunadamente, estamos lejos de haber superado los problemas económicos, y si bien es cierto hay señales esperanzadoras, todavía es mucho el camino por recorrer. Solo ver, por ejemplo, el anuncio de esta semana de la Boeing -por mencionar alguno- de grandes recortes de personal es un buen recorderis de que los problemas siguen vivos. Desde otro punto de vista, las dificultades que ha tenido Obama para volver una realidad sus anuncios de cierre de Guantánamo, o el cambio de mensaje que representó la ofensiva en Afganistán pone de presente la complejidad del cargo que asumió. De otra parte, ya empiezan los cuestionamientos sobre el manejo económico cuando se suman los recursos destinados a los programas de ayuda y la forma en que se han distribuido, y surgen las mil preguntas acerca de la eficacia con que se vienen manejando y, sobre todo, acerca de las consecuencias que ésto puede tener en las finanzas públicas de Estados Unidos. Como dicen en ese país, no hay almuerzo gratis, y éste no sólo no será gratis, sino que será muy costoso, y tarde que temprano se convertirá en cuentas por pagar en unas dimensiones sin antecedentes y con efectos de alcance global. Debilitamiento del dólar, riesgos de inflación y cambios significativos en las tasas de interés podrían ser algunos de los tantos efectos que puede tener este tipo de situaciones y eso terminará afectando a la economía global. Qué tanto se demora y que tan fuerte sea la recuperación está por verse y, por ello, en todo esto hay mucho de especulación, pero lo cierto es que se están gestando grandes desequilibrios macroeconómicos y el reto para Obama será aún más complejo de lo que ya ha tenido que afrontar. La luna de miel, si es que así se le puede llamar a lo que ha vivido Obama en estos meses, está terminando, y a pesar de su gran carisma y de su habilidad política le va a tocar una etapa bien compleja. Por el bien, no sólo de los norteamericanos, sino del mundo entero, lo mejor que puede ocurrir es que tenga mucho éxito, pero todavía falta mucho camino por recorrer. Si logra salir adelante estaremos frente a uno de los presidentes que, por muchas razones, harán verdadera historia. '' A pesar de su gran carisma y de su habilidad política, a Barack Obama le va a tocar una etapa bien compleja.WILABR
Finanzas
21 jul 2009 - 5:00 a. m.
Luna de miel
A pesar del muy difícil momento en que le tocó asumir la presidencia, el presidente Obama ha gozado de un período de relativa luna de miel, pues ha sido capaz de transmitir un mensaje de esperanza y poco a poco ha ido construyendo un liderazgo en muchos frentes.
POR:
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Destacados
Más Portales