El proceso de extracción del biodiésel es similar al que se hace con la palma aceitera y solo basta con extraer el aceite y someterlo a una reacción química llamada transesterificación para producir biodiésel y glicerina, quedando un residuo sólido.
El primero se refina para lograr el biocombustible, el segundo es una materia prima para para fabricar productos de aseo personal, mientras que para el tercero se analiza la formulación de un herbicida orgánico.
Para el desarrollo industrial del carraspique, la compañía Biofuels Manufacturers of Illinois y el ARS firmaron un acuerdo de investigación y desarrollo de dos años para hacer pruebas de laboratorio y de campo enfocadas en identificar las características de producción como un cultivo y como biocombustible.
Según los análisis previos, en 4.000 metros cuadrados pueden obtenerse una tonelada de semillas y, de estas, 100 galones de biodiésel.
El ARS una dependencia del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda).