Juan Fernando Fonseca está estrenado. Tiene nueva casa disquera y el 30 de septiembre lanza su nuevo disco compacto titulado Ilusión.
Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú oirán primero este trabajo, el cuarto en su carrera. Luego, en octubre o noviembre, comienza la distribución en los países del Cono Sur, para después entrar a conquistar el mercado de Estados Unidos y México.
“Así fue la experiencia con mi anterior disco, Corazón, donde está Te mando flores, y funcionó bien”, comenta Fonseca.
Cambió de disquera, dejó EMI y recién comienza con Sony, ¿por qué el cambio?
Lo veníamos hablando hace rato, fue una cosa que fluyó bien, porque a veces la gente se imagina que hubo rollos entre las disqueras, pero no. EMI cedió, y todo se hizo en pro de mi carrera; estoy muy contento.
¿En qué se beneficia?
Sony es una compañía que hoy en día sigue conservando su estructura, pues otas cerraron punto, pero Sony sigue siendo una disquera grande, con mucho músculo y un equipo de gente impresionante.
Este trabajo es muy variado tanto en ritmos como en temáticas, ¿cómo se hace ese ensamblaje?
Siempre he ido escribiendo lo que voy viviendo y sintiendo, y en esta oportunidad compuse canciones con mucha gente y fue una experiencia nueva.
Antes trabajé con amigos con los que escribí, pero en este me puse la tarea de viajar y componer con personas distintas, entonces hay todo tipo de sentimientos.
Por ejemplo, la melancolía, que es un sentimiento importante para escribir y un estado de ánimo positivo, porque es reflexivo, profundo, bonito.
Me sigue gustando también la parranda y el acordeón, que siempre van a ser parte de mi música.
Hay canciones que sí son muy de lo que estoy viviendo, como Ilusión que da título al álbum.
Escribir canciones es algo que necesito, al final del día cada uno va contando su historia o dejándola plasmada en algo y mi lado es dejarla en canciones.
¿Cómo fue la experiencia de escribir con gente nueva?
Las canciones tienen distintas historias porque estuve con distintos compositores.
Por ejemplo, Eres mi sueño es una canción que escribí con el dominicano ‘Mafio’, porque hace rato tenía ganas de hacer algo medio merenguero con mi rollo. Con él nos conocimos el día de la grabación, antes hubo un par de correos y de llamadas, pero fue super chévere, pura parranda y bacanería.
Con Claudia Brand, una argentina, hicimos dos canciones, sólo grabé una, Tu amor ya sabe, pero es pop de frente. Con Cabas escribimos una que se llama Soledad y con Gusi, de Gusi y Beto, Baila esta última. Quería hacer eso, busqué la experiencia y me gustó.
En esos procesos de creación, cómo va la mano: ¿surgen las letras y luego les pone música?
En mi caso ese proceso es muy desordenado. A veces se me ocurren melodías y las guardo o se me ocurre una letra y la guardo.
Cuando empiezo una canción, a veces sale de una, pero otras se demoran en concretarse; les cambio cosas, me gusta hacerles carpintería, cambiar una estrofa, pulir el final. Es un proceso chévere. Definitivamente me gusta escribir las canciones que me gustaría oír.
¿Qué oía cuando era puqueño?
Mucho rock en español, con Prisioneros, Los Toreros Muertos, Hombres G, Soda Estéreo. Después me entró la ola de Guns n’roses, Nirvana, Metallica. Luego vino George Michael y siempre paralelo estuvo el gusto por la música tropical latina y colombiana en general.
Y desde el día que oí a Carlos Vives con los Clásicos de la Provincia sentí la fuerza del vallenato.
¿Qué música oye cuando está contento?
Vallenato.
¿Y cuando está triste?
Podría ser algo como Adele o Sade, muy melancólico, eso me encanta.
¿Para cuando está enamorado?
Vallenato.
¿Y para una tusa?
No sé, hace rato no estoy entusado.
Natalia Díaz Brochet
Subeditora de Portafolio