Quienes conocen sobre sostenibilidad en las ciudades señalan constantemente que antes de 30 años, el 70 por ciento de la población mundial vivirá en centros urbanos.
Tal pronóstico hace que desde ya se tomen medidas con el fin de garantizar las necesidades de sus residentes.
Los desafíos son básicamente los mismos para las grandes ciudades, independientemente de su nivel de desarrollo, entre los cuales se cuentan la movilidad, el medio ambiente y la energía.
Ahora, lo que cambia es la forma en que se enfrentan estos retos. Por ejemplo, en Nueva York una prioridad es hacer más eficiente el consumo de energía, mientras que en Bogotá el principal asunto es la movilidad.
Es justamente este tema en torno al cual gira toda la estrategia para responder al reto energético en Colombia, según explica Agustín Escobar, vicepresidente regional de Infraestructura y Ciudades de Siemens. Las claves están en que haya mayor eficiencia energética, calidad de vida y sostenibilidad ambiental.
En todos los frentes, la movilidad cobra un papel protagónico. “En Colombia hay que pensar cuál debería ser la mejor evolución de los sistemas de transporte, con el objetivo de establecer el balance energético más adecuado”.
En ese sentido, señala que ante el interés de aumentar los mecanismos de transporte, ojalá se pudiera contar con un metro basado en electricidad, y que el TransMilenio, cuyo combustible es el diésel, pueda migrar a sistemas híbridos para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
La movilidad también impacta en calidad de vida, porque al aplicar soluciones combinadas de transporte masivo y dotar de tecnologías más inteligentes al tránsito urbano, se logra una optimización del tráfico, la cual se traduce en una reducción del tiempo de desplazamientos.
“Un sistema de transporte masivo tipo metro suele ser visto solo como una solución de movilidad, pero la realidad es que va mucho más allá de eso. Mejora la calidad de vida porque reduce las emisiones contaminantes, ayuda a la seguridad porque tanto ambulancias como policía llegan a tiempo a donde las necesiten”, dice.
Añade que también se trata de la competitividad, pues se han conocido casos en que hay empresas que quieren establecerse en Colombia, pero cuando ven las complicaciones en Bogotá prefieren trasladarse a Medellín.
EL CONSUMO
Por otra parte, Escobar señala que “hay que ver cómo el desarrollo eléctrico y el consumo se hacen de forma eficiente y sostenible”. Ya se ha trabajado en soluciones de eficiencia, de tal manera que “aumente el consumo, pero las necesidades sean menores”.
En Nueva York, los constructores deben hacer inversiones en tecnología para reducir el consumo energético en los edificios, pues el costo de la energía es bastante alto. En los hogares se han hecho campañas de concientización para que cada uno sepa el impacto de su consumo en el total, porque “el derroche sale muy caro”.
“En Colombia, los costos son más bajos por la disponibilidad de energía proveniente de distintas fuentes, así que la motivación deben ser la eficiencia y generar menos emisiones”, puntualiza.
Luisa Gómez R. / Enviada Especial / Nueva York, EE. UU.