El 24 de octubre próximo, en Bogotá, se hará el lanzamiento oficial del proceso de adhesión de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), un grupo de 34 países que trabaja con buenas prácticas en pro de una sociedad mejor.
El anuncio lo hizo el director de Relaciones Internacionales de la Ocde, Marcos Bonturi, quien precisó a Portafolio que la hoja de ruta para que el país entre a ese club de buenas prácticas fue aprobada por el Consejo de la organización el pasado jueves y entregada ayer mismo al Gobierno colombiano.
Desde el día del lanzamiento, representantes de varias de las 23 áreas de trabajo de la Ocde comenzarán a discutir con sus pares colombianos cómo trabajarán juntos en la hoja de ruta, que define los criterios técnicos para el ingreso de Colombia a ese bloque.
Los comités de trabajo que iniciarán su labor ese mismo día van a examinar la situación de Colombia con mucho detalle en áreas como salud, educación, medioambiente, comercio, inversiones, y la lucha contra la corrupción, en una discusión franca y de alto nivel técnico con sus homólogos colombianos, explicó Bonturi. “Cada uno de estos 23 grupos, en sus propias áreas, va a discutir con el Gobierno colombiano los retos de política y las prácticas de política en Colombia”, agregó el experto.
A partir de esa evaluación, los grupos técnicos harán las recomendaciones pertinentes para que Colombia adapte sus políticas a las prácticas de la Ocde.
El director de Asuntos Jurídicos de la Secretaría General de la organización, Nicola Bonucci, dijo que, por ejemplo, en medioambiente, los integrantes de este comité discutirán con los delegados colombianos los diferentes criterios y estándares que tiene la Ocde en esa área y de qué forma Colombia ya los cumple o tiene que adaptar algunos aspectos de su legislación, como los criterios para la gestión muy cuidadosa de residuos tóxicos.
Los dos funcionarios de este exclusivo club aclararon que algunas recomendaciones pasan a ser de cumplimiento obligatorio por el país que aspira a ingresar a la Ocde, y corresponden a las que están ligadas a los más de 250 instrumentos legales del bloque, como la gestión de residuos tóxicos o la lucha contra la corrupción; “esta es un área donde sí va a haber recomendaciones obligatorias”, dijo Bonturi.
Bonucci, por su parte, explicó que del examen y evaluación de las áreas resultan recomendaciones que se convierten en decisiones del Consejo, que son obligatorias para todos los miembros del organismo. Indicó que las recomendaciones no son obligatorias legalmente, pero la práctica de la Ocde es que los miembros las implementen de la manera más concreta posible; en ciertos casos las diferencias entre las decisiones y las recomendaciones son formales.
Para Bonturi, el mensaje es que el proceso de adhesión es una oportunidad de transformación para Colombia, una oportunidad de que haya un debate público informado para que después los colombianos implementen algunas reformas que van en la dirección que ellos mismos quieren. “No hay una imposición”, insistió, sino la oportunidad de modernización de la legislación, con el apoyo técnico y también político de países comprometidos con las buenas prácticas.
SEGUIMIENTO A LAS ESTADÍSTICAS
Las cifras son fundamentales para la Ocde. El proceso podría durar hasta cinco años.
Para la Ocde, las estadísticas son muy importantes para poder hacer la comparación entre los países. “Si vamos a comparar la política de ciencia y tecnología, tenemos que saber cuánto hay en investigación y desarrollo en Colombia, y para eso hay que tener los datos y medirlos de una forma homogénea en todos sus miembros. Lo mismo en inversión y en las demás áreas. Los pactos tienen que ser claros, y sin estadísticas son una opinión”, manifestó Marcos Bonturi.
Los delegados de la organización explicaron que, como es claro que Colombia no reúne todos los estándares de la Ocde, es posible que se establezca una transición, aun después de la adhesión, para llegar a ellos.
Lo que importa, agregaron, es que las transformaciones marchen en la dirección indicada en la hoja de ruta.
El proceso de adhesión de un país dura en promedio tres años; sin embargo, Bonturi expresó que “no hay plazos, porque esto es demasiado importante para ser urgente”.
Así que si Colombia marcha rápidamente, como lo hizo Chile, quizá el proceso termine en el 2016.
Jorge Correa C.
Economía y Negocios