El Secretario General de las Naciones Unidas ha presentado opciones para movilizar 100.000 millones de dólares anuales para promover el desarrollo y al mismo tiempo combatir el cambio climático. Esto es muy oportuno, pero para que esos fondos marquen una diferencia, debemos derribar algunos mitos que impiden utilizar los recursos de manera eficiente.
Eficiencia energética no puede satisfacer las necesidades de energía.
La eficiencia energética no obtiene el respeto que merece. 'Con la eficiencia energética no es posible crecer', dicen los fanáticos de nuevas y llamativas centrales eléctricas, 'y no se les puede dar acceso a la energía a los pobres'.
Falso, porque a la gente realmente no le interesa la energía, sino la luz, la calefacción y el transporte que esta hace posible. La eficiencia energética puede suministrar esos servicios de manera más económica, rápida y con menor daño al medio ambiente que nuevas plantas generadoras.
En efecto, muchas formas de eficiencia energética ofrecen mucha mayor rentabilidad económica que la mayoría de los demás proyectos de desarrollo. Por ejemplo, en Etiopía, un proyecto de 5 millones de dólares para distribuir bombillas compactas fluorescentes evitó la necesidad de gastar 100 millones en centrales eléctricas alimentadas con diésel.
Vietnam también ha logrado satisfacer rápidamente la creciente demanda de energía, en parte mediante inversiones en eficiencia energética.
Promover ahora dicha eficiencia contribuye a postergar la necesidad de construir centrales de larga vida alimentadas con combustibles fósiles y ganar tiempo para que la energía eólica y la solar logren costos más competitivos.
Las zonas protegidas no ofrecen ventajas al medio ambiente
Las zonas protegidas abarcan actualmente la cuarta parte de los bosques tropicales que quedan. Su función es contener la deforestación, que causa aproximadamente la sexta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Pero algunos escépticos las ridiculizan por considerarlas ineficaces 'parques de papel', indefensas frente a grandes empresas madereras y urbanizadoras.
Otros temen que esas zonas empobrezcan a los habitantes de los bosques.
Sin embargo, nuevas investigaciones demuestran que las zonas estrictamente protegidas evitan efectivamente la deforestación. Es más, las zonas protegidas en las que se permite que los habitantes locales usen sosteniblemente los recursos son incluso más eficaces en reducir la deforestación.
Las zonas controladas por pueblos indígenas son más eficaces aún, por amplio margen. En Costa Rica y Tailandia, las zonas protegidas se asocian con la reducción de la pobreza a nivel local.
Kenneth Chomitz es asesor superior del Grupo de Evaluación Independiente del Grupo del Banco Mundial y Vinod Thomas es director general.
La realidad de los mercados de carbono
Los mercados del carbono promoverán naturalmente inversiones en energía renovable.
Los mercados del carbono están diseñados para retribuir a los inversionistas por reducir los gases de efecto invernadero, alejándolos de los combustibles fósiles e interesarlos en invertir en energía limpia. Proyectos que generan energía aprovechando los gases de los rellenos sanitarios, por ejemplo, tienen incentivos favorables porque reducir las emisiones de metano reporta altos beneficios.
Pero en muchas centrales hidroeléctricas y eólicas, los precios prevalecientes en el mercado del carbono son demasiado bajos como para impulsar la rentabilidad de los inversionistas. Y los pagos por la compensación de las emisiones de carbono no resuelven el problema fundamental del financiamiento inicial para estos proyectos, que requieren mucho capital. Como resultado, los pagos por reducir emisiones de carbono pueden fallar en movilizar verdaderamente capital privado, y ser una simple ganancia adicional.
Transferencia de tecnología va en torno a derechos de propiedad
Sin embargo, existen enormes posibilidades de utilizar proyectos piloto y de demostración para acelerar la difusión de innovaciones técnicas e institucionales.
Por ejemplo, un proyecto financiado por el Banco Mundial y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial en Colombia convenció a los rancheros de que mantener una parte de la cubierta forestal en sus pastizales aumentaría sus utilidades.
Esta innovación generó entusiasmo para proyectarla en mayor escala, con el beneficio adicional de proteger la diversidad biológica e impulsar el almacenamiento de carbono.
Otro proyecto creó en China las primeras tres empresas de servicios energéticos, desatando una rápida expansión de este enfoque del financiamiento de la eficiencia energética.
Para impulsar estos proyectos se utilizó financiamiento proveniente de donaciones, lo que al principio parecía riesgoso, pero llevó a un elevado nivel de movilización de recursos.
Debemos derribar estos mitos, pues las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono aumentan inexorablemente y hay miles de millones de dólares en juego.
Mayor énfasis en la eficiencia energética, la conservación y el uso sostenible de los bosques, la movilización real de recursos financieros, la demostración de tecnologías y su proyección en mayor escala: estos son los ingredientes esenciales para usar eficientemente los recursos destinados a combatir el cambio climático.
100 mil millones de dólares anuales para promover el desarrollo y al mismo tiempo combatir el cambio climático.