Si un inversionista busca comprar activos un día y tener la confianza de que al siguiente su adquisición no le dará grandes sorpresas, las criptomonedas como el bitcóin, entre muchas otras, no son precisamente el mejor vehículo para depositar sus recursos.
Así lo muestra la gran volatilidad que han registrado las principales ‘monedas digitales’ durante las últimas jornadas, las cuales han presentado importantes pérdidas o ganancias en tan solo cuestión de minutos.
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Sin ir más lejos, la principal criptomoneda del mundo por capitalización, el bitcóin, tenía un valor de unos US$177.000 al inicio del día de ayer, mientras que al cierre de esta edición, esta cifra ya se había incrementado hasta los US$194.000 millones. Hace solo un mes, la divisa coqueteaba con los US$300.000 millones.
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Pero, al echar la vista un poco más atrás, los cambios han sido igual de espectaculares hacia el otro sentido. Tal como destaca un documento de trabajo del Banco de la República, “a julio de 2017, bitcóin y ether alcanzaron un valor de mercado de US$60.000 millones (un tercio del valor de Citigroup) y las siguientes 30 más cotizadas uno de US$21.000 millones”.
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¿Pero esta volatilidad cómo afecta a la cotización de la criptomoneda? Por poner un ejemplo, un inversionista que decidiera adquirir un bitcóin hace tan solo dos días, cuando su valor era aproximadamente de US$14.500 por unidad, tendría que haber afrontado una desvalorización de US$5.000 respecto a los niveles mínimos que se marcaron en la jornada de ayer.
Pero la volatilidad no solo se traduce en un comportamiento negativo, y mientras que ese inversionista estaría cerca del llanto a las cuatro de la tarde, cuando el bitcóin cotizaba cerca de US$9.300 por unidad, tan solo seis horas después, en torno a las 10 de la noche, le volvería la euforia al ver que la escalada del activo llegaba hasta los US$11.500.
Es por esto que la volatilidad se ha convertido prácticamente en sinónimo de criptomoneda y se ha establecido como el principal factor a tener en cuenta para los inversionistas a la hora de adquirir los activos.
La pregunta es si este aspecto ahuyentará a los inversionistas o, por el contrario, supondría un mayor incentivo. “Por el momento, los inversores de criptomonedas están confiados de una revalorización a largo plazo, por lo que seguirán buscando caídas en los precios para encontrar oportunidades de compra”, considera el profesor de Harvard y execonomista Jefe del FMI, Kenneth Rogoff.
Por su parte, John Quiggin, profesor de la Universidad de Queensland, en Australia, va más allá y destaca que “en este punto, creo que las cirptomonedas trabajan principalmente como una oportunidad para apostar, por lo que a no ser que llegue un momento de pánico, los altos niveles de volatilidad hará que se vuelvan más atractivas para los intereses especulativos”.
Cabe destacar que pese a que las abultadas caídas de las últimas jornadas fueron las peores vistas en los últimos tres años, la revalorización del bitcóin en el 2017, que fue superior al 1.600%, hacía prevér una gran corrección. “Lo ocurrido es lo más natural de todos los mercados, por lo que no se debe pensar que el recorte va a ser mucho mayor. Además, hemos visto una tendencia negativa en todos los eneros”, explica Carlos Mesa, director de la Fundación Bitcóin Colombia.
Asimismo, como agrega el experto, “por supuesto la volatilidad afectará a algunos inversionistas, pero al mismo tiempo también atraerá a otros que persiguen estos activos para hacer un trading más activo”.
MALAS NOTICIAS
Uno de los factores adscrito a la volatilidad de las criptomonedas ha sido en las últimas semanas tanto los continuos informes de instituciones y organismos internacionales que aconsejan no usarlos, así como los mensajes proregulación que han ido emitiendo distintos países en el mundo.
“Es posible que la regulación sea tal que rompa la burbuja, sin embargo, es imposible predecir cuando. Con esto, estoy de acuerdo con mi punto de vista expresado hace años, el bitcóin eventualmente alcanzará su verdadero valor de cero”, resalta Quiggin.
Mesa, por el contrario, señala la regulación como algo que será positivo. “Va a ser positivo porque le dará tranquilidad y seguridad a la gente a la hora de hacer sus inversiones”.
Lo cierto es que los diferentes Gobiernos del mundo han intentado emitir reglas sobre cómo debe funcionar este tipo de monedas. Estados Unidos, la Unión Europea y Singapour son los que más normas han dictado en cuanto a cuál debe ser su tratamiento tributario, cómo debe funcionar para prevenir el lavado de activos y la financiación del terrorismo, y cómo operar el registro de los intermediarios de las criptomonedas.
Colombia por su parte, no ha emitido ningún tipo de regulación, sin embargo, las autoridades económicas, como la Superfinanciera y el Banco de la República, han lanzado advertencias sobre los riesgos que traen las inversiones de esta índole.
Rubén López Pérez
Daniel Guerrero Guerrero