La inflación en ese país está por encima del cuatro por ciento anual y si se quisiera poner por debajo de tres dígitos, siguiendo la teoría del presidente de la FED, habría que sacrificar el crecimiento de la economía más de uno por ciento, ésto es, ponerlo más cercano al dos por ciento. Sin embargo, en el informe de la FED de la semana pasada se reconoció que la economía iba en descenso, pero que se mantenía la meta de PIB de 3,5 por ciento para el año, cosa que resulta imposible si se quiere bajar el costo de vida, como se supone es el objetivo de la autoridad monetaria. En ese sentido, aunque los entendidos saben que nunca un banco central del mundo y menos el de la principal potencia puede hablar de recesión o de caída económica más allá de determinado punto, las cifras de la economía norteamericana no cuadran y no hay muchas explicaciones acerca de lo que está pasando. A lo mejor por eso una de las más importantes publicaciones económicas del mundo The Economist, aseguró en su edición de finales de julio que mientras la inflación apunta en una dirección Bernanke apunta en la otra. Lo cierto es que todo el mundo está mirando para la economía de Estados Unidos y por primera vez en muchos años se comienza a pronunciar la palabra recesión como algo probable o posible. Y es que las últimas cifras señalan que las cosas no van bien, ni desde el punto de vista macro, ni desde el punto de vista micro. En lo macro, las tasas de interés han subido en forma importante desde que en junio del 2004 se decidió su aumento como una forma de controlar la inflación: se han realizado 17 ajustes desde ese momento. Hoy el nivel es de 5,25 por ciento. Quienes consideran que el problema no es grave advierten que se debe mirar el nivel anterior para comprobar que estaba por debajo de cualquier previsión, lo cual garantizaría una especie de colchón. El tema fiscal es otro punto de debate. Uno de los asuntos que más se pregonó luego del fatídico 11 de septiembre de 2001 es que el Gobierno tenía un superávit presupuestal que podía usar para empujar la economía y en efecto así ocurrió. Hoy las cosas son radicalmente opuestas y ese ahorro fiscal ha desaparecido y por el contrario se tiene un déficit que pasa del dos por ciento del PIB Para el Gobierno no parece haber problema e incluso el presidente Bush habla de que la situación está controlada y que en el año 2009 habrá un reducción sustancial del faltante fiscal. Los críticos no piensan así. El gobierno de Estados Unidos está en bancarrota, en la medida en que no puede pagarle a sus acreedores, sostuvo hace unos días el profesor de la Universidad de Boston, Laurence Kotlikoff, y muchos estuvieron de acuerdo con sus afirmaciones. Pero la cosa no para ahí, sino que por el contrario los datos sobre el desempeño de la economía en el segundo trimestre del año prendieron las alarmas, pues muestran claros síntomas de una desaceleración importante, así no se hable de recesión. Uno de los asuntos que más preocupa es la evolución del mercado de vivienda, asunto que para la misma Reserva Federal está creciendo a un ritmo modesto y decepcionante. Y es que no es para menos la afirmación cuando pasó de un aumento 13,7 por ciento en el primer trimestre a un mediocre 2,7 por ciento en el segundo trimestre. Los gastos de los consumidores también se derrumbaron en el trimestre. El consumo de bienes durables pasó de 19,8 a un negativo de 0,5 por ciento y los no durables de 5,9 a 1,7 por ciento. Esto es grave si se tiene en cuenta que en el caso de Estados Unidos, el consumo es determinante, como pocos países, en el crecimiento de la economía. Se estima que cerca del 70 por ciento de la demanda responde por el aumento en la producción agregada. Y para completar, la inversión que muchos creían podría ser la salvación por las altas utilidades de las empresas también está de capa caída: la inversión en capital fijo descendió a un negativo 0,7 por ciento, notándose mucho más en la compra de equipo y software con un menos uno por ciento. Todo indica que las empresas decidieron más bien recomprar accciones antes que hacer nuevas inversiones. Si el consumo se está desacelerando y la inversión esperada no responde, hay que pronosticarle a la economía tiempos de dificultad. La realidad es que en efecto todo el mundo está mirando con preocupación lo que pasa en la economía de Estados Unidos, considera Daniel Ignacio Niño Tarazona, jefe de investigaciones Económicas y Estratégicas, de la vicepresidencia financiera de Bancolombia. ¿Por qué las empresas van a hacer inversiones con las altas tasas de interés y la caída en el consumo? se pregunta Niño. La secuencia parece clara y simple de ver. El impacto sobre el consumo de los mayores precios de los combustibles fue compensado con menores impuestos y sustituciones de hipotecas por las menores tasas de interés en favor del crédito de consumo, lo que en el fondo no es otra cosa que una extracción de riqueza. Hoy nadie sabe qué va a pasar con las altas tasas de interés y una caída casi inminente en el precio de las viviendas. En el caso de la vivienda, el tema es preocupante, pues ha comenzado a hablarse de que el stock de inmuebles sin vender es similar al de 1994 y en esos términos los precios deberán descender. ¿Qué se espera en el futuro de corto plazo? Este 8 de agosto es clave para el futuro de la economía de Estados Unidos y por ende del mundo: la Reserva Federal deberá decidir sobre un nuevo aumento en la tasa de interés. Si lo hace, podría estar mandando la señal de que su prioridad es bajar la inflación a no ser que en forma simultánea diga que es la última alza y en esos términos no pondría en peligro el crecimiento de la economía. Si decide simplemente subir las tasas dando el mensaje de que vendrán nuevos aumentos, no sería de extrañar que el mundo se tenga que preparar para una recesión, como ya lo están calculando los países de la Unión Europea y Japón. En la materia hay opiniones distintas. Hace unas semanas estuvo en el país, Paul Krugman, quien habló de la casi inmimente recesión en la economía norteamericana para el año 2007, en buena parte por lo que está ocurriendo con la vivienda. Otros, como el ex jefe de Planeación Nacional, Juan Carlos Echeverri, creen que el aterrizaje será suave y considera el enfriamiento de la economía en el segundo semestre como algo positivo. De todas maneras, de lo que pase la semana entrante depende en buena parte el rumbo de la economía de Estados Unidos y del mundo. UN TLC MUY DISTINTO SI HAY UNA RECESIÓN ¿Qué le pasaría a la economía colombiana si Estados Unidos entra en recesión? Lo primero es que sería muy distinto el TLC, pues seguramente una caída en el consumo en ese país produciría un impacto negativo sobre algunas exportaciones colombianas básicas como los textiles, las confecciones, la industria y la agroindustria. En el caso de las importaciones, la situación no sería favorable para nuestro país en el entendido que la caída en la demanda interna allá, buscaría ser compensada con exportaciones y el mercado colombiano se llevaría alguna parte de las ventas de E.U. Pero no solo habría una recomposición del mercado de E.U. Para el economista Javier Fernández una eventual recesión en E.U. exacerbaría la presión de las exportaciones chinas sobre el resto del mundo, incluyendo a Colombia. China ya es el cuarto proveedor de importaciones de Colombia, con la tasa de crecimiento más alta. Pero no todo es malo en este tema del comercio. Dado que la crisis de la economía de E.U. es en buena parte resultado de los altos precios del petróleo, es evidente que ese país ha comenzado una fuerte sustitución del consumo industrial de energía a favor del gas y del carbón. Y Colombia ya está mostrando que puede salir favorecida dada sus altas reservas de ambos minerales. -0,7 Por ciento, fue la caída de la inversión en capital fijo a junio en Estados Unidos. BANCO CENTRAL NO SE PUEDE QUEDAR ATRAS En política monetaria, Colombia no puede ser indiferente a lo que está pasando. Sergio Clavijo, presidente de Anif, considera que todo el mundo está mirando los mercados externos porque la señal de los bancos centrales es clara en el sentido que van a continuar recogiendo liquidez.El Banco de la República no se puede quedar atrás de la curva y no hay que mirar tanto para la FED para leer que aquí van a subir las tasas de interés. La señal de lo que ocurrió con la DTF la semana pasada no es gratuita, sostiene el ex director del banco central.Para los rigurosos del análisis económico resulta claro que el Banco de la República debe seguir aumentando las tasas de interés como un mecanismo de prevención de una esperada mayor inflación en el 2007. Subir las tasas en ese momento podría ser ya tardío, pues no tendría efecto sobre la reducción del costo de vida.
Finanzas
01 ago 2006 - 5:00 a. m.
Nerviosismo por futuro de la economía de Estados Unidos
Antes de ser nombrado presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo algo que ahora se lo están cobrando: si se quería bajar la inflación en Estados Unidos a un dos por ciento anual, se debía sacrificar el crecimiento de la economía en una cifra aproximada de 1,0 - 1,2 por ciento. Hoy Bernanke está en la Reserva Federal y la semana pasada sorprendió a todo el mundo con la revisión de su teoría.(VER GRAFICO)
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