El jueves a las 10:30 de la mañana, ya había pasado una hora desde el inicio de las operaciones en la Bolsa de Nueva York.
Bajando una escalera de piedra, en una habitación oscura, varios
corredores sentados en sillas de oficina miraban una película.
Lo que oficialmente es una sala para miembros ahora se le conoce como la "Sala de Películas" y últimamente ha proyectado cientos de DVD en un televisor durante la jornada bursátil, cuentan los corredores. Títulos como Rambo, La guerra de las galaxias y Wall Street están entre los favoritos.
Mientras los mercados financieros continúan con el desempeño más accidentado que hayan tenido en décadas, muchos corredores que en su momento pasaban agitadas jornadas de trabajo ahora han adoptado un código de vestimenta menos formal y tienen menos trabajo. Algunos afirman que están completamente aburridos.
"Es como ir a un funeral todos los días", afirma Billy Blum, un corredor institucional de W.J. Blum & Sons LLC. Blum ha estado medio jubilado desde 2007 pero aún va a la NYSE un par de veces por mes para supervisar sus negocios.
Durante años, la Bolsa de Nueva York dependió de personas de carne y hueso para apostar al mercado mucho después que otras bolsas hicieran la transición al corretaje electrónico. Pero la NYSE es un ícono del capitalismo estadounidense, y las cámaras de televisión recorren sus frenéticos pisos todos los días.
Innumerables fotos de corredores desanimados, con la mano en la frente, aparecieron en la prensa expresando el dolor y el tumulto de la caída de Wall Street. Escenas tan dramáticas ayudaron a resaltar el papel del corredor en el piso, incluso si hoy en día se necesitan menos de ellos para manejar las transacciones.
"Es muy diferente", afirma el vocero de la NYSE Ray Pellecchia.
"Hace muchos años, [los corredores de piso] trabajaban; representaban físicamente cada orden que recibían. Ahora, no necesitan hacer eso. Lo pueden hacer de forma electrónica", agregó.
Gran parte de las operaciones de corretaje en el piso se producen ahora alrededor de la apertura del mercado a las 9.30 de la mañana y de la campana de cierre a las 4 de la tarde. Eso deja tiempo más que suficiente para que los corredores se tomen largos almuerzos, beban una cerveza (o dos) en bares cercanos, o vayan al gimnasio para hacer ejercicio.
Tan sólo en 2001, los especialistas de piso ¿un grupo de élite entre los corredores¿ manejaban hasta el 15% del volumen de acciones, con muy poca o ninguna ayuda electrónica. Para fines de 2007, esa tasa rondaba el 3%, según datos de la NYSE.
Actualmente, la cifra se acerca al 9%.
Pero incluso una mayor actividad de corretaje no quiere decir más personas en el piso. Unos 1.500 corredores ocupan la NYSE actualmente, a comparación de los 3.000 que trabajaban allí hace cinco años. Ahora, un especialista de piso puede, con la ayuda de una computadora, manejar más transacciones con menos alboroto.
Alan Valdes, un corredor que trabaja para Hilliard Lyons, afirma que ha subido unos 5 kilos en el último año. "Ya no tengo que ir de aquí para allí en el piso", explicó.
Valdes, quien comenzó a trabajar en el piso en 1977 como un "correo" transportando mensajes entre corredores, antes apenas podía ¿con mucha suerte¿ leer los titulares de un diario. Ahora, lee tres diarios enteros por día, afirma. Cuando los termina, recurre a los blogs a través de su iPhone. "Es un signo de los tiempos que corren", afirma.
NYSE asegura que los corredores de piso son esenciales. "En ningún otro mercado hay un agente en el mismo punto de venta que puede representar pedidos grandes, complejos y ofrecer una
respuesta sofisticada", dice Pellechia.
Gran parte del piso de corretaje tradicional parece abandonado durante gran parte del día. Algunos puestos de corretaje están vacíos. Los monitores de computadoras que en su momento mostraban información destellante para los corredores ahora están iluminados por protectores de pantalla.
Los corredores mantienen largas conversaciones sobre deportes.
Algunos conectan sus audífonos y miran videos en el sitio de Internet YouTube. Otros miran artículos en venta en el sitio en línea Amazon.com.
Algunos prefieren sentarse en otras salas y leer las páginas de deportes de los tabloides. Unos pocos pasan una tras otra las páginas de gruesas novelas o hacen crucigramas.
Otros están aprovechando el nuevo tiempo libre. Gordon Charlop está a punto de obtener un título en negocios de una universidad en línea. "Mi fuerte estaba en el piso", dice. "Ahora quizá tenga que reinventarme".
Finanzas
08 may 2009 - 5:00 a. m.
Los nuevos pasatiempos en la Bolsa de Nueva York
La falta de actividad en el piso de negociaciones aburre a los corredores; una sala se convierte en un teatro de cin
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