Al contrario de quienes ven con recelo la llegada de profesionales al país debido a la crisis europea, Martín Carrizosa, fundador y socio de la firma Prieto & Carrizosa, opina que Colombia debe formular una política migratoria para atraer talentos foráneos.
Carrizosa es socio fundador de la firma Prieto & Carizosa y ha asesorado varias fusiones de empresas y la expansión hacia el extranjero de grupos empresariales nacionales. También ha sido asesor de la Presidencia, profesor universitario y miembro de la Junta Directiva World Law Group, del Banco Colpatria y del Grupo Scotiabank, entre otros.
En Charlas Portafolio compartió set con Catalina Ortiz Lalinde, gerente de iNNpulsa, la iniciativa del Gobierno Nacional que busca darle impulso a la locomotora de la innovación.
En este escenario, Carrizosa criticó que Colombia no se hubiera sabido enriquecer con las oleadas migratorias que llegaron a América Latina de Europa, entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
“Si hubiéramos tenido una política de inmigración parecida a la de otros países, nos hubiéramos beneficiado de la Ilustración, del pensamiento y de los aires que corrían por Europa”, dice. Y para sustentarlo, cuenta que mientras en Buenos Aires (Argentina) hay 1 millón y medio de judíos, acá apenas hubo 6.000 en el momento de mayor esplendor de esta colonia.
“Tal vez la única que tiene inmigración realmente importante es Barranquilla y curiosamente coincide con ser la ciudad más internacional de Colombia y la que más inglés habla”, añade.
Además, coincide con Catalina Ortiz en la importancia de que los colombianos tengan más confianza en su potencial y que haya empresarios dispuestos a apostarles a proyectos de innovación.
“Lo primero que yo les digo a los inversionistas de capital cuando me reúno con ellos en San Francisco, Nueva York u otras ciudades es: Ustedes son poco consecuentes, viven preguntando que dónde esta la tecnología irruptiva, pero no han hecho nada en ese campo en los ultimos 20 años”, anota Ortiz. Además, se pregunta por qué no se han inventado mecanismos que sirvan para promover este tipo de empresas.
También, critica que dentro del país se ha satanizado la generación de riqueza y el adjetivo que más se usa para acompañar la palabra enriquecimiento es ‘ilícito'. ‘Yo sueño con el día en que los investigadores de primer nivel lleguen a las universidades en su Ferrari y puedan decir ‘esto se lo debo a lo que inventé’.