La votación final del presupuesto más alto de la historia de Japón salió adelante en la cámara alta con los votos de la mayoría de la coalición de Gobierno, liderada por el Partido Democrático (PD) del primer ministro Yukio Hatoyama, quien puso fin en septiembre al dominio del Partido Liberal Demócrata (PLD).
El Gobierno nipón, que ha subrayado la importancia de cambiar "hormigón por gasto en la gente", ha reducido la dotación de obras públicas, que han bajado un 18,3 por ciento, hasta los 63.600 millones de dólares, (47.500 millones de euros).
Por el contrario, ha aumentado los gastos de seguridad social un 9,8 por ciento, hasta los 300.000 millones de dólares (222.000 millones de euros), y ha subido un 0,3 por ciento el gasto en defensa nacional, hasta los 52.555 millones de dólares, (39.250 millones de euros).
En la sesión parlamentaria de ayer el Primer Ministro nipón resaltó la importancia de recuperar la salud fiscal de la segunda economía mundial y "crear un círculo virtuoso en el cual empleo y demanda mejoren con una estrategia de crecimiento que lleve a combatir la deflación".
Este presupuesto incide en la necesidad de fortalecer la economía japonesa, cuyos principales problemas son la deflación y la deuda pública, para que se mantenga en la senda de crecimiento después de pasar desde comienzos de 2008 y hasta el primer trimestre de 2009 por su peor recesión de la posguerra.