En la última semana se han presentado bloqueos en diferentes vías, principalmente en la Panamericana, que une al Valle con los departamentos del Cauca y Nariño. Por ello, a la principal central de abastos del país, Corabastos en Bogotá, ha llegado menor cantidad de alimentos desde el sur. Sin embargo, el mercado de la capital colombiana está siendo atendido por los cultivadores de la Sabana, quienes no necesitan enviar el producto a otras partes porque aquí hay buena demanda. En consecuencia, ante la escasez de alimentos provenientes de las zonas bloqueadas mejoró la oferta de Cundinamarca y de Boyacá.
Información suministrada por la Central de Abastos de Bogotá muestra que con el inicio del paro de transportadores, a la capital del país ha llegado una mayor cantidad de productos provenientes del Altiplano, principalmente arveja y papa.
Antes del inicio de la protesta, el bulto de arveja verde se cotizaba en Bogotá entre $350 mil y $400 mil. Ahora, con la oferta regional en su ciclo de alta producción, la misma cantidad se consigue en $250 mil. Es decir, el paro y la cosecha han permitido una reducción del 37,5%.
Un caso similar es el de la papa negra. Antes del inicio del paro se cotizaba en $100.000 el bulto y tras el inicio de la protesta pasó a valer entre $80.000 y $85.000. Su costo para los consumidores bajó del 15% al 20%.
A esto se suma que la producción de alimentos se está comercializando o bien sea en la ciudad, o en zonas hacia donde el paro no está afectando las vías.
Otro de los productos de peso dentro de la canasta de alimentos es el arroz. Su precio no ha cambiado con el inicio de las protestas. La arroba se mantiene alrededor de $35.000. La explicación para la estabilidad en los precios, es que los comercializadores tienen un importante stock del producto.
Las frutas importadas también han mostrado un buen comportamiento. Los cierres de vías no han afectado su precio dado que llegan al puerto de Buenaventura, y la vía que de allí conduce a Bogotá no presenta alteraciones. En este caso también ha influido el menor precio del dólar.
Igualmente las hortalizas no han visto grandes variaciones en sus precios, debido a que la llegada de las lluvias coincidió con su temporada de alta producción.
Adicionalmente, juega a favor de la inflación de alimentos la llegada de la alta temporada de la papa, lo cual se espera permita una disminución significativa en su precio en los meses de julio y agosto.
En conclusión, en medio del paro, en Bogotá los precios no han subido por el paro, aunque hay ciudades a las que nos les llegan los alimentos procesados.