El salvavidas que lanzó la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, a las empresas petroleras en marzo de este año, con el Acuerdo 02, ya tiene acogida entre las operadoras.
De acuerdo con los datos suministrados por la entidad, a corte del 17 de junio de este año, ya había 47 solicitudes de 27 compañías que pidieron aplazar la ejecución de sus compromisos de inversión, según las condiciones que se fijan en el Acuerdo 02.
Este beneficio les permite a las empresas trasladar inversiones de un campo a otro, para lo que ya se han presentado 12 solicitudes, según los datos de la entidad.
Entre los contratos para los que se ha requerido extensión en los plazos de inversión, no hay ninguno de los fijados en la Ronda Colombia 2014.
Los principales argumentos que han expuesto los operadores para acogerse a este ‘salvavidas’ son cuatro. En primer lugar, argumentan que la coyuntura de precios actuales ha obligado a que se hagan ajustes a los modelos financieros para los proyectos exploratorios, que a precios de hoy no son viables.
En segundo lugar, aseguran que es necesario hacer actividades adicionales para el descubrimiento de nuevas áreas prospectivas en el tiempo solicitado. También sustentan que la prioridad de capital disponible de las empresas es para incrementar la producción y, por último, las operadoras argumentan que deben implementar nuevos procesos con mayor eficiencia de costos en el desarrollo de las operaciones.
El presidente de la ANH, Mauricio De la Mora, aseguró que la presentación de las solicitudes por parte de las empresas no implica una inmediata aceptación de la autoridad. Así que la tarea de la Agencia ahora es analizar una por una las solicitudes y verificar que cumplan con los requisitos para acogerse a los beneficios del acuerdo.
“Vemos que hubo una buena reacción por parte de las empresas”, señaló el funcionario público.
EL EFECTO COLATERAL
Como toda acción tiene su reacción, si bien para las empresas es un alivio el hecho de que puedan aplazar las inversiones en exploración durante un año, también es cierto que eso implica un mayor retraso en la tarea de agregar nuevas reservas al país.
Sin que se haya oficializado ningún acuerdo para atrasar inversiones, las cifras de exploración en el país van en picada.
De acuerdo con el último reporte de la Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, de enero a mayo de este año se han hecho menos de mil kilómetros equivalentes de sísmica, actividad con la que se identifican los yacimientos de petróleo.
El año pasado se ejecutaron 40.000 kilómetros equivalentes.
En el mismo periodo (de enero a mayo del 2015) se perforaron solo nueve pozos de exploración.
Así que aplazar las inversiones significa también aplazar nuevos proyectos de perforación, pero la idea de hacerlo es que si no se aplazan, se pueden cancelar. pues las empresas pueden no cumplir sus compromisos y atenerse a las cláusulas del contrato.
“Hay que tener claro que si yo pido una prórroga en un contrato, y pido un aplazamiento de un año, es porque ese alivio me va ayudar a dar cierto tiempo, a tener más flexibilidad económica hoy, pero también me da la obligación de cumplir.
Es decir, no será este año, pero sí es claro que el año entrante vamos a tener esas inversiones. Así que en el 2016 tendremos la exploración de ese año y la que es de este año que estaba aplazado”, señaló De la Mora.
A pesar de eso, con estos nuevos retrasos en los contratos, lo que no es claro es que se pueda cumplir este año con la meta de perforar 35 pozos de exploración en el 2015, como se lo había planteado el Gobierno Nacional.
SOLUCIONAR CUELLOS DE BOTELLA ES CADA VEZ MÁS URGENTE
La industria se podría colgar en las metas exploratorias del Gobierno si no se logran solucionar los cuellos de botella, plenamente identificados, que están en el sector.
Demora en las licencias ambientales, conflictos con las comunidades y los crecientes problemas de seguridad para la infraestructura del sector, podrían frenar aún más la actividad.
Justo ayer en Nariño, hubo un nuevo atentado contra el oleoducto Trasandino, y un derrame en la quebrada Pianulpí, que surte al río Guisa y este a su vez al río Mira, de donde toma agua el acueducto de Tumaco.
Aunque este tipo de atentados no frena directamente la exploración, si obliga a las empresas a destinar más recursos a atender reparaciones y contingencias ambientales y esto quita tiempo y recursos para la actividad en general.
Nohora Celedón
Twitter: @NohoraCeledon