Cuando se hace un presupuesto personal o de familia se suelen dejar por fuera gastos fijos que se presentan una sola vez al año como los impuestos (casa, carro, declaración de renta), las vacaciones y cesantías de la empleada del servicio, los seguros (Soat, carro, de vida), entre otros.
Así mismo, se olvidan temas como el entretenimiento (cuánto me puedo gastar en rumba, por ejemplo), regalos (cumpleaños familiares, fiestas infantiles, aniversarios), mantenimiento del carro y parqueaderos.
Si se es organizado, hasta alcanzaría para pensar en vacaciones, ahorro e inversiones. En caso de que los recursos escaseen, hacer cuentas permite reducir gastos que se creían necesarios.