Sin embargo, Obama está maniatado, ya que varios congresistas demócratas provienen de estados carboníferos y, por lo tanto, las reducción de consumo de combustibles fósiles son dañinos para sus intereses. Estas presiones explican, en parte, la reticencia de E.U. a asumir grandes compromisos en materia de reducción de emisiones.
De otro lado, los consumidores estadounidenses están acostumbrados al despilfarro de energía y son reacios a realizar ahorros significativos de energía. Aunque ya se vislumbran algunos cambios, hasta hace una década eran comunes los automóviles con grandes motores, casas de 500 metros cuadrados que demandan mucha energía.
Es claro que en las negociaciones internacionales nada depende de la posición Colombia. Sin embargo, es importante que el país esté atento a los temas relacionados con la generación de mecanismos de compensación para ayudar a los países que empiecen a sufrir los efectos del cambio climático.