Se planteaba que no era fácil pronosticar lo que iría a suceder, pero que no era lógico extrapolar a partir de las experiencias del pasado. El mundo ha cambiado de manera significativa y hay innumerables variables, difíciles de pronosticar, que contribuyen a determinar los resultados. Hoy, no se puede decir que los riesgos desaparecieron ni que la situación no pueda empeorar. No obstante, son muchos los analistas que comienzan a afirmar que lo peor ya pasó y que tal vez la acentuada recesión no se va a dar. Pues bien, parece que muchos medios en Colombia, con ese afán de buscar problemas y pronosticar desastres, han resuelto orientar sus baterías al caso colombiano. Se habla de desplomes de las ventas, de crecimiento desmedido de las carteras morosas etc. Sin embargo, cuando se miran las cifras, se observa que hay mucho de pérdida de la perspectiva. Es cierto que no se puede esperar la tasa de crecimiento registrada en 2007 pero, no es menos cierto, la cifra de 2007 ha sido completamente anormal por haber superado todos los registros del pasado. Se habla entonces, que el crecimiento esperado para el 2008, estará por el orden del 5 por ciento. Esa era una tasa deseada por años en Colombia e históricamente sería muy satisfactoria. ¿Por qué hablar entonces de desplome o de gran desaceleración? Si se mira, de otra parte, la situación de la cartera morosa en el sector financiero, es razonable pensar que en muchos casos las entidades financieras se han excedido y han otorgado créditos con excesiva laxitud. Un banquero muy experimentado decía en días pasados: el problema es que los banqueros no conocemos los términos medios: cerramos la llave del crédito para prestar solo al que no lo necesita, o la abrimos totalmente para prestarle al que no puede pagar. Puede que eso sea así. Lo que no es correcto es pensar que el sector financiero está expuesto al mismo nivel de vulnerabilidad que se tenía por la época de la crisis de fines de los noventa. Nunca el sector financiero ha tenido el nivel de provisiones que tiene en la actualidad, y nunca el nivel de control se había tecnificado como hoy. El Sarc (Sistema de Administración de Riesgo Crediticio), el Sarlaft (Sistema de Administración de Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo), y otra cantidad de siglas que identifican un sinnúmero de instrumentos de control, dan al sector financiero una situación mucho más sólida frente a problemas de sus clientes de la que nunca tuvo. Serían muchos más los temas que se podrían analizar, lo cierto es que no resulta difícil concluir que las cosas distan mucho de ser perfectas y que no se pueden esperar los resultados del año pasado, pero estamos lejos de una situación de crisis como muchos quisieran ver para poder justificar sus titulares pesimistas'' No es correcto pensar que el sector financiero está expuesto al mismo nivel de vulnerabilidad que se tenía por la época de la crisis de fines de los noventa.WILABR
Finanzas
26 may 2008 - 5:00 a. m.
Profetas de desastres
Hace un par de meses, decíamos que pocas veces se había previsto una recesión internacional tan anunciada, con titulares diarios debatiendo si ya se estaba en recesión.
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