Más que el uso de productos para intentar ocultar arrugas o manchas, es necesario llevar a cabo rutinas para limpiar, hidratar y nutrir. Un estilo de vida adecuadao también ayuda.
REDACCIÓN SALUD
Si es de los que fuma con frecuencia, trasnocha más de la cuenta y se exopone al sol sin la más mínima precaución su piel reflejará, tarde o temprano, estos descuidos y excesos.
Por eso no es exageración afirmar que dependiendo del estilo de vida que cada persona lleve, la piel puede envejecer rápido o lentamente.
Algunos, conscientes de que la piel sufre cambios con el paso del tiempo, recurren al uso de cremas para tratar de ocultar o minimizar signos como las arrugas, las manchas y los cambios de tonalidad.
El punto, advierten los especialistas, es que el cuidado va más allá de la apliacación de productos comerciales, pues se trata de llevar ciertas rutinas básicas que ayudan a mantener un cutis sano.
Lo primero que la piel agradecerá será que le hagan una adecuada limpieza, rutina que hay que realizar a diario. Si tiene mucha grasa y se limpia con jabones que resecan, el cuerpo se defenderá produciendo más grasa; esto es contraproducente. Lo aconsejable es hacerlo suavemente con agua y jabón una sola vez al día; por las noches pueden usarse lociones de acetato de aluminio, que no engrasan ni resecan.
Los jabones más recomendados son los de avena. Tenga en cuenta que los muy perfumados contienen alcohol, que puede irritar, y los antibacteriales pueden alterar el equilibrio de la piel.
Además de la limpieza, la hidratación es clave y las personas con pieles secas deben usar productos que contengan ácido hialurónico, lactato de amonio o urea en concentraciones al 5 y al 8 por ciento. Si la piel es grasosa lo conveniente es usar productos en lociones o geles, no en cremas. El último paso consiste en aprender a nutrirla, y eso se logra desde adentro, es decir, con una dieta balanceada, que incluya proteínas, carbohidratos y dosis generosas de frutas y verduras, que contienen vitaminas.
ASESORÍA: IVÁN PÉREZ HADED, DERMATÓLOGO.
Potección de los rayos UVA
Los dermatólogos aseguran que también es necesaria una exposición moderada, y con la debida protección, al sol; pues el cuerpo lo
requiere para poder metabolizar
la vitamina D, que ayuda a fortalecer los huesos.
La pregunta es cómo recibir el sol de forma adecuada y cómo protegerla. Pues bien, la clave está en no abusar del sol. A la piel hay que defenderla de los rayos UVA. La norma es sencilla: mientras haya luz de día (aun en jornadas sin sol o en los atardeceres) hay que usar protector solar.
Todas las personas (incluso si su tono es oscuro) deben hacerlo.