Las propuestas que va a desarrollar el diamante del Caribe y los Santanderes van a ser un elemento dinamizador de este amplio espacio del nororiente colombiano, planteando nuevas líneas de desarrollo en una estrategia de articulación territorial que tiene al río Magdalena como uno de sus principales elementos de soporte.
La navegabilidad del Magdalena va a permitir la puesta en marcha de proyectos ligados a la mejora del transporte, lo que facilita un mayor dinamismo del comercio y permitirá el desarrollo de nuevos proyectos productivos en el campo de la agricultura, la industria y el turismo, al hacer más eficaz la logística y comunicar las zonas ribereñas con los mercados interiores y con los puertos que conectan con los ámbitos internacionales.
Por ejemplo, la construcción de un puerto internacional en Barrancabermeja por parte de la empresa Impala, contempla el desarrollo de cinco terminales para movilizar hidrocarburos, hidrocarburos líquidos, carga general, contenedores, granos, fertilizantes y carbón, afirma el gerente general, Alejandro Costa Posada.
Se estima que ese puerto inicie operaciones tempranas en julio de este año y esté terminado a mediados del 2015.
Si bien la ejecución de estos proyectos, y las inversiones anunciadas por el Gobierno para hacer que el río sea siempre navegable, son un avance en esta dinamización del comercio exterior, falta incrementar la oferta de puertos multimodales en el interior del país y el crecimiento de compañías especialistas en este tipo de transporte, ya que la combinación de estos factores permitirá reducir los costos logísticos totales al incrementar la capacidad de transporte de carga, reducir los tiempos de tránsito, incrementar la rotación de los puertos y permitir que las regiones puedan importar y exportar desde el interior del país, asegura Costa Posada.
Por su parte, Paulino Garrido, asesor de la dirección ejecutiva de Cormagdalena, sostiene que son muchos los productos que tienen una clara vocación fluvial y que su transporte a través del río bajaría considerablemente los costos para las respectivas industrias.
Según Garrido, esas industrias son la avícola, con los insumos que necesita como maíz, sorgo, arroz, entre otros; así como la de palma e inclusive la del café.
DESTINO TURÍSTICO
De la mano del desarrollo comercial del diamante del Caribe y los Santanderes, viene el turístico, aunque por ahora los proyectos en ese sentido son más escasos que en materia de comercio; sin embargo, se tiene prevista una inversión de seis mil millones de pesos, por parte de Cormagdalena, en obras para el desarrollo turístico de esta arteria fluvial.
El asesor de Cormagdalena afirma que el objetivo de convertir al Río Grande de La Magdalena en columna vertebral del desarrollo del país, supone estructurar todos los movimientos de transporte, tanto de carga como de pasajeros, aunque por el momento este último punto no tiene mucha viabilidad pues los costos no son competitivos frente a otros medios.
INICIATIVAS PARA MEJORAR EL TURISMO
Pese a esta situación, son varios los municipios que se han dado a la tarea de dinamizar su turismo, teniendo al Magdalena como centro de su emprendimiento.
Tal es el caso de Mompox en el departamento de Bolívar, que concentra buena parte del atractivo turístico en Semana Santa y la producción de la filigrana de oro y plata.
Para este municipio, el gobierno nacional otorgó 300 millones de pesos, con el fin de mejorar las condiciones en que los turistas llegan por esta vía desde Cartagena, y convertir así esta parte del río en destino turístico de primera clase.
Pero tal vez el más claro ejemplo de potencialización del turismo del río Magdalena está en Barranquilla.
Allí, desde hace varios años, los gobernantes se dieron cuenta de que era importante volver los ojos hacia la cuenca fluvial más importante del país; así la expansión de la ciudad, lo que se conoce como la nueva Barranquilla, está precisamente de cara al río, que será su principal panorámica.
La alcaldía de esa ciudad ha invertido 600 mil millones de pesos en obras de recuperación del centro histórico y el sector de La Loma, en un área de 15 mil metros cuadrados que comprende espacio público y zonas verdes.
Según la alcaldesa Elsa Noguera, entre las obras que se están revitalizando están: el centro histórico de Barranquilla, la prolongación de la carrera 46 y la recuperación del sector de Las Colmenas, la Avenida del Río y el malecón.