Hace unas semanas el gobierno presentó al Congreso un proyecto de ley para reformar algunos aspectos regulatorios del sistema financiero. Las reformas incluyen, entre otros, temas referentes a: la protección al consumidor de servicios financieros, unas mayores facultades de intervención directa por parte del Gobierno Nacional, la eliminación de la categoría de Compañías de Financiamiento Comercial, la capacidad de los bancos para otorgar préstamos para adquirir compañías y para realizar operaciones de leasing y mayores seguridades para la titularización hipotecaria.
Se introdujo también un cambio general al régimen de inversiones de los fondos de pensiones privados. Durante el congreso anual de Asofondos, el Viceministro Técnico de Hacienda presentó un resumen de los principales puntos de la reforma al régimen pensional y los argumentos para sustentarlos. Esto se complemento con la presentación de participantes en otros países latinoamericanos donde se inspiraron estos cambios.
Lo más importante
El contenido de la reforma pensional salta a la vista por lo que carece. Los temas trascendentales de la política pensional, aquellos que requieren de urgente acción, no aparecen por ninguna parte. Para empezar, el régimen de prima media sigue vivo y 'coleando', una gran proporción de jóvenes siguen afiliándose al Seguro Social en vez de a los fondos de pensiones privados. Los actuales y futuros pensionados del Seguro Social siguen disfrutando de pensiones muy privilegiadas, que no guardan ninguna relación con los magros aportes que realizaron durante su vida laboral, por lo demás muy corta (existen pensionados de 40 años y abundan los de menos de 55). Los regímenes especiales (congresistas, etc.), también continúan otorgando pensiones completamente desfasadas de sus contribuciones. Y estos privilegios se defienden como 'derechos adquiridos', así su inequidad sea manifiesta y así estén consumiendo proporciones inviables del presupuesto nacional.
Mientras tanto una gran población de mayores esta desprotegida, sin beneficio pensional alguno, a pesar de que durante su vida también pagaron impuestos en sus múltiples formas y continúan haciéndolo, recursos que fueron y son destinados al presupuesto general que el Gobierno utiliza para pagar a los privilegiados pensionados. Colombia necesita resolver esta situación que por su flagrante injusticia afecta la legitimidad del régimen, entrar definitivamente en la era de los fondos de pensiones privados, y limitar el rol del Seguro Social a resolver los viejos entuertos y a atender a la población marginada que eventualmente acceda a ayuda estatal. Pero el Seguro debe estar cerrado para nuevos afiliados, pues estos solo agrandarán el problema futuro.
El otro tema de importancia, ausente por completo del proyecto de ley, es el altísimo costo total asociado al aporte a los fondos de pensiones privados, que lo hace desde allí una propuesta financieramente ineficiente, incentivando la evasión y reduciendo la cobertura. Esto es especialmente evidente en el caso de trabajadores independientes y empresas pequeñas, como comentó la Asobancaria a propósito de la introducción de la Planilla Integrada.
Multifondos
El proyecto de ley abre el camino para que las AFP ofrezcan varios tipos de fondos de pensiones obligatorios, entre los cuales el afiliado podrá escoger su vinculación. La idea de la Superintendencia Financiera es bautizarlos de acuerdo a su nivel de riesgo: conservador, moderado, agresivo. La palabra 'riesgo' es una abstracción que se supone anticipa el nivel futuro de volatilidad (variabilidad) en su rentabilidad. La diferencia entre los portafolios esta en los límites máximos para invertir en acciones y en 'inversiones alternativas', las dos categorías de activos financieros que se supondría son más volátiles.
La ley y la regulación resultante pretenden elevar a nivel de certeza o dogma lo que en finanzas son simples herramientas prácticas que deben ser utilizadas con perspectiva y criterio. El comportamiento financiero pasado de un activo (inversión) puede ser un indicativo del comportamiento futuro, pero definitivamente no es una predicción. La volatilidad se mide de acuerdo a un muestreo histórico para lo cual existen muchísimas opciones de hacerlo. Se pueden tomar plazos más cortos o más largos, con todo tipo de ponderaciones, etc.
Lo más importante es que la volatilidad no es constante a través del tiempo, y menos aún las correlaciones entre las llamadas 'clases de activos'. Dependen de múltiples factores del comportamiento social y del comportamiento económico, siempre cambiante, de inversionistas y agentes de los mercados. Las volatilidades y las correlaciones de las mismas, son variables sociales y no variables científicas. De hecho, si las rentabilidades históricas de los distintos tipos de inversiones fuesen predictores ciertos de los resultados futuros, sería incongruente pensar en varios tipos de portafolios, debería considerarse uno solo, el más rentable.
La definición misma de 'clase de activos' es una simple conveniencia académica para distinguir tipos de inversión que conservan cierta homogeneidad estadística. Pero están sujetas a permanente redefinición. En Estados Unidos, donde se acuñó el término, las 'acciones' no se tratan como una clase de activos (asset class), sino como una categoría general, que da origen a por lo menos 6 clases (combinación de acciones de compañías pequeñas, medianas y grandes, tipo crecimiento -growth- y tipo subvaluadas -value-). Las 'inversiones alternativas' no son una clase de activos, pues invierten en los mismos activos financieros de siempre. Son una forma diferente de invertir e incluyen, entre un amplio abanico de métodos heterogéneos, tanto algunos de muy alta volatilidad, como otros con rentabilidades muy modestas pero constantes, que bajo ninguna óptica se podrían clasificar de alto 'riesgo'.
La Reforma no toca ningún aspecto fundamental del régimen pensional, a pesar de que existen muchos que deben ser tratados con premura. En cambio, pretende copiar sin más lo que se ha introducido en países vecinos e inspirarse en los folletos comerciales de los vendedores de fondos de inversión. Es parte de una tendencia que toma cada vez más vuelo en los reguladores financieros en Colombia, convertir los desarrollos académicos en reglas, particularmente en lo que se refiere a la aplicación de herramientas estadísticas y a la gestión del riesgo financiero.
Demos libertad a los pensionados para invertir su ahorro pensional, pero sin una equivocada actitud paternalista de parte de los reguladores, que nos dejará a un ciego guiando a otro ciego por un camino que es esencialmente complejo y cambiante, aquel que nos conduce a obtener altas rentabilidades con baja probabilidad de pérdida.