La histórica reforma sanitaria aprobada el domingo por la Cámara de Representantes de Estados Unidos se dirige ahora a la Casa Blanca para la firma del presidente Barack Obama, que la convertirá en ley, probablemente la más importante de su mandato.
Fuentes de la Administración han asegurado que la firma se producirá esta semana, aunque es improbable que ocurra hoy. Con 219 votos a favor y 212 en contra, la Cámara aprobó la mayor ampliación de las garantías en salud desde que se crearon los servicios de Medicare (que da cobertura a los jubilados) y Medicaid (que protege a los más desfavorecidos) hace cuatro décadas.
La cámara baja aprobó un segundo paquete de medidas que incluye enmiendas a la reforma, y que deberá ser aprobada por el Senado, lo que podría ocurrir el viernes o sábado próximos. La reforma ha sido la gran prioridad de Obama en su primer año de mandato, por lo que su aprobación ha sido interpretada como un gran triunfo para su Gobierno.
La iniciativa, que fue rechazada por todo el bloque republicano de la Cámara, busca dar cobertura a cerca de 32 millones de estadounidenses que en la actualidad carecen de ella. Entre otros aspectos, la reforma prohibirá a las aseguradoras rechazar dar cobertura a personas que ya padezcan alguna enfermedad y lo hará obligatorio para la mayoría de los residentes con un seguro médico.
La secretaria de Salud de E.U., Kathleen Sebelius, reconoció que una parte de la población se mantenía escéptica sobre la reforma, pero se mostró confiada en que la apoyarán cuando la conozcan con detalle.
Los costos de la reforma