En ese sentido, propone que se armonicen las normas que rigen en cada uno de los países, al igual que reducir la cantidad de trámites, pues el objetivo principal es atraer más accionistas y operadores remotos.
A juicio de Brenes, otro inconveniente son los encajes, pues "quizá un gran inversionista pueda resolverlos, pero para uno más pequeño el costo es muy alto". Por eso, considera que el reto está en cabeza de los reguladores, en este caso la Superintendencia Financiera y el Ministerio de Hacienda.
"También es importante que el banco central reconozca los beneficios a largo plazo si se abren los mercados regionales en vez de poner barreras para defender la paridad de las monedas", dice.
Para el directivo, la importancia de trabajar con Colombia radica en que se trata de dos mercados diferentes y aún pequeños, por lo cual juntos pueden lograr mayor profundización. Además, considera que la plaza bursátil colombiana tiene empresas muy interesantes como Ecopetrol, que aunque despierta el interés de accionistas extranjeros, el acceso se dificulta por las restricciones que existen.
El presidente de Asobolsa, Emilio José Archila, señaló que aunque aún no es inminente la integración, lo cierto es que no han escuchado voces de oposición de las autoridades correspondientes.
Así mismo, asegura que este tipo de iniciativas beneficia a distintos actores. Por ejemplo, se abren más posibilidades para que los emisores encuentren fuentes de financiamiento diferentes a las que existen en la plaza local, mientras que los inversionistas pueden encontrar mayores alternativas para obtener rentabilidad y diversificar los riesgos.
"Además, cuando un intermediario cuenta con más opciones puede ser mucho más creativo", explica.