En efecto, ver a distancia, oír a distancia que era la magia de lo audiovisual fue superada por tocar a distancia. El telecontacto es precisamente la lógica con la que opera todo el sistema de comunicación de las transacciones en tiempo real con las que se negocian los títulos valores en los mercados mundiales, sistemas que en nuestro país conocemos como el SEN y el MEC. Lo que hago por el MEC, sin referencia territorial, desde cualquier sitio, afecta al otro que esta allá en otro sitio, en cualquier lugar, pierde o gana, invierte, cruzan sus apuestas, en fin actúan, sin conocerse. Todo el tinglado esta montado sobre el operador, en este caso la Bolsa de Valores, pero más precisamente sobre sus plataformas de sistemas. Allí están las reglas de juego. Precisamente toda la magia de la tecnología tiene básicamente un riesgo, un riesgo básico y fundamental: el accidente. Es un gran riesgo porque usualmente produce una gran pérdida: Chernoby puede ser un ejemplo, la caída de un avión o el bloqueo de los programas de la bolsa. Sabíamos que la variación de un indicador económico en E.U. trastorna las tasas de interés de los mercados mundiales pero lo que no era un hecho es que en Colombia además se trastornaran los sistemas de negociación. El índice de confianza de los consumidores, las ventas de vivienda o los estornudos de Bernanke han bloqueado la última semana todos las operaciones del MEC. Un mercado que negocia en promedio cada hora cerca de un billón y medio de pesos al permancer paralizado mientras el mundo sigue girando (además que el mercado continúa operando en el SEN) se estima puede causar pérdidas por más de $10.000 MM en los niveles de volatilidad que se manejan hoy. Las explicaciones pueden ser que los volúmenes han crecido, que el mercado es más profundo, que todos a la vez no caben por la misma puerta y que finalmente hay otro programa a pocos días de ser estrenado que nos va a permitir superar estas dificultades... ojalá así sea; mientras tanto hay que tragarse los sapos porque la legislación y las reglas de juego tiene claro que la culpa es la fuerza mayor y nadie más, al menos así se puede constatar en los reglamentos del MEC. Y en efecto así será siempre porque a la larga el riesgo tecnológico es propio de los mercados y de pronto todo lo que habíamos hecho ya sencillamente no es o todos los grandes negocios de una mañana quedan suspendidos hasta que un ingeniero despelucado ajuste una pequeña máquina. De pronto ese contacto no existe y esa fascinante instantaneidad con la que movilizamos a la velocidad de la luz grandes capitales no es real y nada podemos decir porque es uno de los riesgos del negocio:¡cuando el mercado deja de existir, porque simplemente se baja el interruptor ! Presidente de Acción Fiduciaria"Toda la magia de la tecnología tiene un riesgo básico y fundamental: un accidente que puede producir una gran pérdida.
