"A pesar de que los trabajadores se van a poner las pilas(esforzarse) para salir adelante, (las demoras) no se van a solucionar en poco tiempo, porque no hay aviones", agregó, en entrevista tras el regreso de la compañía a manos de Estado, luego de siete años bajo el control del grupo español Marsans.
La compañía se reestatizó el lunes, con una deuda estimada en más de 900 millones de dólares, un servicio deficitario y los constantes reclamos de los siete gremios que conviven en la línea aérea argentina, según indicó la presidenta Cristina Fernández
La compañía ha perdido prestigio, luego de varios de años de continuos problemas con los pasajeros, como consecuencia de las demoras, que en varias ocasiones ocasionaron congestiones en diferentes aeropuertos, especialmente el de Buenos Aires.
Incluso, a comienzos del presente año se registró una situación complicada con un vuelo entre la capital argentina y Bogotá, por causa de un paro de trabajadores de la aerolínea. Luego de dos o tres días de espera, los pasajeros tuvieron que ser despachados en otros vuelos.