El ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, reaccionó diciendo que "el país debe responder al ataque de los mercados".
"Al igual que en el pasado, haremos lo necesario para reducir el déficit y promover la competitividad de la economía portuguesa", añadió el ministro, que destacó también que según la "mayoría de opiniones" Portugal y Grecia "son realidades diferentes".
Prueba de la desconfianza de los mercados, este martes el rendimiento del bono portugués a diez años seguía subiendo, por encima del 5 por ciento.
La Bolsa de Lisboa, por su lado, cerró con una abultada pérdida de 5,36 por ciento.
La degradación de la calificación refleja los temores sobre la situación fiscal del país, y según las previsiones de la agencia, "el gobierno portugués debería luchar por estabilizar su nivel de elevado endeudamiento de aquí a 2013".
"Las finanzas públicas portuguesas siguen siendo estructuralmente débiles, a pesar de las importantes reformas estructurales del sector público en los últimos años", añadió la agencia de calificación financiera en su comunicado.
Después de Grecia, que pidió ayuda financiera a la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Portugal está considerado como el siguiente "eslabón débil" de la Eurozona, por su elevado endeudamiento.
En 2009, el déficit público portugués era del 9,4 por ciento del PIB, y la deuda del 76,8 por ciento.