Por tal razón, quien entraría a decidir qué hacer sería el presidente barack Obama. ''El presidente tiene que involucrarse con el tratado con Colombia'', dijo Charles Rangel, del Comité de Medios y Arbitrios.
''En términos de violencia y abuso contra trabajadores no ha habido evidencias firmes para convencer al Congreso de que todo lo que había que hacer ha sido hecho''.
El comentario, el más contundente de Rangel sobre el tema en meses, fue formulado a reporteros en el Capitolio al concluir una actividad para promover la eliminación de restricciones al comercio con Cuba, que promueven una decena de legisladores republicanos y demócratas y que el congresista de Nueva York también apoya.
Dijo que ''no hay información pública'' de que el gobierno de Obama hubiese estado ayudando a Colombia para hacer que los sospechosos de asesinato de sindicalistas pudieran ser judicialmente procesados, situación que seguía siendo en el país sudamericano ''un problema realmente importante''.
''Yo creo que este es un asunto nacional y requiere de atención nacional'', comentó. ''No he oído al presidente Uribe pedir ninguna ayuda excepto decir que hacía 'lo mejor que podía', lo cual obviamente, hasta este punto, no es suficiente''.
Rangel ha sido uno de los principales proponentes de que se diera al tratado las provisiones necesarias para la defensa del medio ambiente y derechos laborales. Logrados esos planteamientos en marzo del 2008, Rangel y otros legisladores exigieron entonces al presidente colombiano Alvaro Uribe ''mayores evidencias'' sobre la protección de activistas sindicales y esclarecimiento de sus casos de asesinato.
''El tema sigue siendo la falta de protección de los trabajadores, maestros y otras personas'', afirmó. ''Yo no creo que se ha hecho lo necesario''.
Durante la pasada Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Obama buscó un acercamiento con Uribe a través de su representante comercial, Ron Kirk, para hablar de la reactivación del proceso del tratado.
Como consecuencia, Kirk se entrevistó con Uribe en esa isla caribeña, y el viernes recibió en Washington al ministro colombiano de Comercio, Luis Guillermo Plata, por primera vez desde que Obama asumió funciones en enero.
Plata dijo que en ese contacto, las partes acordaron nombrar equipos de trabajo para identificar los temas que estaban bloqueando el acuerdo, detenido el año pasado en la Cámara de Representantes por su presidenta, Nancy Pelosi, luego de que el entonces presidente George W. Bush trató de forzar su discusión y votación antes de terminar su gobierno.
El ministro colombiano dijo también que la oficina de Kirk se encargaría de realizar en adelante los nuevos contactos con el Congreso, con lo cual quedó evidente que el gobierno de Obama tomaría control de las gestiones sobre el futuro del acuerdo en adelante.
''Si pudiéramos tener seguridades de que Estados Unidos pudiera legalmente participar en esa ayuda (a Colombia) me sentiría más confiado'', afirmó Rangel.
Sobre si Uribe tendría que pedir esa ayuda, el legislador demócrata dijo que ''no sólo pedir sino prepararse a decir que 'hemos sido muy críticos y éstas son las cosas que pensamos que ustedes deberían estar haciendo, y ayúdennos a hacerlo'''.
Rangel explicó que ello no necesariamente era ''cuestión de más dinero'' para Colombia sino que Estados Unidos tenía expertos en criminología, agencias especializadas como el FBI y tecnología que bien puede facilitar a Colombia.
''Yo no entiendo por qué tendría que ser suficiente decir 'este año han muerto menos personas que el año pasado' '', dijo Rangel refiriéndose a la forma en que los emisarios colombianos han estado declarando en Washington para demostrar sus avances nacionales.
''Lo que tenemos que determinar es cuál es la dificultad en aprehender a los criminales y llevarlos ante la justicia: Yo no tengo la respuesta''.