La estrategia de negociar nuevos acuerdos comerciales avanza de manera exitosa, como lo muestra la culminación de la negociación del TLC con los países integrantes de la Asociación Europea de Libre Comercio (Aelc o Efta, por su sigla en inglés), conformada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein.
Una vez cumplidos los procesos de ratificación, se concretará para Colombia la oportunidad de aumentar el potencial de crecimiento y desarrollo económico, por la vía de crecientes exportaciones, e inversión.
En el entorno latinoamericano ya México (2001) y Chile (2004) habían suscrito un TLC con el EFTA y Colombia es el tercer país en lograrlo. De esta forma, igualamos las condiciones preferenciales de acceso con estos países y tomamos la delantera con relación al resto de la región.
El mercado de los países de EFTA es de 12,5 millones de personas; si bien luce pequeño, son países con una alta capacidad de compra y registran un ingreso per cápita superior a los 46.000 dólares.
A pesar de sus reducidos tamaños en términos geográficos y de población, estas economías registran un elevado valor de importaciones, en particular Suiza y Noruega en los cuales ellas representan más del 40 por ciento del PIB.
Las compras de EFTA al mundo en el 2007 superaron los 263 mil millones de dólares, equivalentes a 8 veces las importaciones de Colombia. Este mercado compra maquinaria y equipo, productos químicos, vehículos, textiles, productos alimenticios, entre otros. Adicionalmente, importó en servicios cerca de 77 mil millones.
Sin duda, este es un mercado atractivo para Colombia y se debe trabajar para lograr el máximo aprovechamiento, teniendo en la mira las estrategias de transformación productiva y crecimiento de las exportaciones con mayor valor agregado que viene adelantando el gobierno.
Históricamente, hasta el año 2005 Colombia registraba un leve déficit comercial con los países EFTA, en este último año alcanzó los 58 millones de dólares; sin embargo, en los años 2006 y 2007 se alcanzaron superávit que ascendieron a 322 millones de dólares y 559 millones de dólares, respectivamente.
El cambio en la balanza comercial en los dos últimos años se debió al aumento de las exportaciones, como consecuencia de las mayores ventas de oro en particular dirigidas al mercado suizo. En promedio, las exportaciones colombianas a los países EFTA fueron cercanas a 161 millones de dólares en el periodo 2002-2005.
En los años 2006-2007, las ventas fueron 581 millones de dólares y 913 millones de dólares (3 por ciento de las exportaciones totales).
Las exportaciones colombianas a EFTA están concentradas en Suiza; cerca del 96 por ciento de las ventas al bloque regional se dirigen a este país.
Si bien son importantes las ventas de oro hacia EFTA, también se exportó petróleo, café, platino, esmeraldas, flores, y medicamentos, entre otros. Así mismo, aunque con bajo valor se le exportaron frutas como uchuva y maracuyá.
En general, es necesario diversificar la oferta exportable hacia estos países y el TLC suscrito es una herramienta para lograr este objetivo. No solamente potenciar los bienes que actualmente se demandan, sino descubrir y desarrollar nuevos productos, que incorporen mayor valor agregado.
Por su parte, las importaciones colombianas de EFTA también presentaron un comportamiento dinámico; entre 2002-2007 registraron una tasa de crecimiento promedio anual de 18 por ciento.
Las compras originarias desde EFTA representaron el 1,1 por ciento del total importado por Colombia. Entre los principales productos se encuentran: impresoras, medicamentos para tratamiento oncológico y demás medicamentos, aparatos de ortopedia, sangre para uso terapéutico, y abonos minerales.
En materia de inversión extranjera, el stock de los países de EFTA en Colombia a 2007 ascendió a 590 millones de dólares y el flujo neto de inversión en ese año alcanzó el monto de 43,3 millones de dólares, siendo Suiza un importante inversor en Colombia, con gran proyección a la entrada en vigencia del Acuerdo.
La negociación
Con el TLC con EFTA, el 100 por ciento de las exportaciones de bienes industriales colombianas quedó libre de aranceles de manera inmediata. Por su parte, Colombia desgravará el 85,7 por ciento de las importaciones industriales provenientes de estos países, en su gran mayoría, bienes de capital, maquinaria e insumos.
Uno de los logros, es que los mecanismos de estímulo a la inversión y la actividad exportadora, tales como el Plan Vallejo y las Zonas Francas, se mantienen en este acuerdo comercial.
En el acceso al mercado de productos agrícolas, se consolidó el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) en un grupo importante de productos de exportación colombianos; con Noruega el 100 por ciento del SGP, mientras que con Suiza cerca de 96 por ciento. Además, en productos como el café se profundizó el SGP en 100 por ciento de desgravación desde la entrada en vigencia del acuerdo.
Para productos agrícolas procesados, los países de EFTA otorgaron a Colombia las mismas preferencias concedidas a la Unión Europea. Dentro éstos están: café verde y tostado, extractos y esencias de café, chocolates y productos del cacao.
Con referencia a productos básicos negociados bilateralmente; con Suiza se obtuvieron preferencias en hortalizas, algunas flores, aromáticas, tabaco, cigarrillos, preparaciones alimenticias y gelatinas. Con Noruega, se obtuvieron preferencias en más del 60 por ciento del ámbito agrícola, y con Islandia en licores, cigarrillos y jugos.
En el tema de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, se convino la creación de un foro de expertos que se encargará, entre otros, de evaluar el progreso en el acceso al mercado.
En Defensa Comercial, se incluyeron normas sobre derechos antidumping y derechos compensatorios, a pesar de que los países de EFTA no contemplan estos instrumentos en sus legislaciones nacionales. También se pactaron medidas de salvaguardia bilateral.
Por primera vez los países de EFTA incluyeron en un acuerdo internacional sobre compras públicas, disposiciones orientadas a facilitar la participación de las pequeñas y medianas empresas colombianas en este mercado, que para el caso de estos países asciende a 55 mil millones de dólares.
En Servicios se generan oportunidades que permitirán que Colombia se convierta en plataforma exportadora de servicios hacía el mercado de EFTA.
Se promueve y facilita la exportación de servicios de manera transfronteriza, es decir, desde Colombia hacia estos países, bien sea a través del movimiento físico del prestador o del consumidor del servicio, o sin necesidad de desplazamiento desde los sitios de origen; pueden beneficiarse entre otros: los servicios de consultoría, "call centers", traducción en línea, procesamiento de datos y servicios de informática.
Los derechos y obligaciones adquiridos están acordes con aquellos que se derivan de los compromisos vigentes en la OMC.
Por otra parte, se consolidarán y estimularán mayores flujos de inversión, al establecer seguridad jurídica y reglas de juego claras, como ser tratados como nacionales en los países que efectúen su inversión; se otorgaron beneficios para la entrada, estadía y trabajo temporal para los inversionistas y el personal clave.
Los beneficios continuarán durante el tiempo que se mantenga la inversión.
En materia de Propiedad Intelectual, se mantienen los estándares de protección existentes en Colombia, contemplando disposiciones en favor de la salud pública y con el adecuado balance que debe existir entre los titulares de los derechos de propiedad intelectual y los intereses de la sociedad en general.
En servicios financieros, los países de EFTA otorgaron el acceso al manejo transfronterizo de carteras colectivas. Colombia, con excepción de los servicios relacionados con la seguridad social, otorgó los mismos compromisos contenidos en los recientes acuerdos firmados con Estados Unidos y Canadá, cuyo principal componente es la apertura del mercado de los seguros.
Son muy amplios los beneficios derivados del Acuerdo y el sector empresarial cuenta con una nueva alternativa de mercado; por ello es necesario que Colombia diversifique su oferta exportable en bienes y servicios, con productos que incorporen mayor valor agregado, con mayor productividad y aprovechando el acceso preferencial.