En Colombia y en la mayoría de países de América Latina el acceso al crédito para las pequeñas y medianas empresas es mínimo, por la falta de garantías que respalden las operaciones ante la banca.
Buscando desatar este nudo, el Banco Mundial y la Organización de Estados Americanos (OEA), bajo la promoción del Departamento de Estado de Estados Unidos, están promoviendo en la región un nuevo esquema denominado transacciones garantizadas.
La fórmula consiste en que, para prestarles a estos sectores, los intermediarios financieros reciban como aval garantías mobiliarias, es decir facturas, inventarios, cuentas por cobrar y otros activos diferentes a inmuebles.
Según Charles Shapiro, coordinador para Iniciativas Económicas en el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, este esquema permitiría irrigar recursos de forma efectiva a las pymes, que son la columna vertebral en todas las economías del mundo.
"Es una herramienta que permite utilizar todo ese 'capital muerto' que tienen las empresas y que les puede ayudar a crecer los negocios", dijo.
Según dijo, se estima que la implementación de un mecanismo de esta naturaleza podría representar cada año un punto adicional en el PIB de los países que lo adopten. Raha Shahia Salem, vocera del Banco Mundial, dijo que actualmente en América Latina la banca rechaza más del 70 por ciento de las solicitudes que presentan las pequeñas y medianas empresas, por lo que es fundamental que el Gobierno y la banca conozcan este modelo, que ya ha mostrado sus bondades en otros países.
En China, por ejemplo, el sistema de garantías mobiliarias entró en vigencia a través de una reforma en el 2007 y desde entonces más de 50.000 pequeños negocios han tenido acceso al crédito.
La adopción de las transacciones garantizadas implica que los países hagan cambios de fondo a sus códigos y normativa interna, acostumbrados al respaldo de operaciones con activos fijos o inmuebles (garantía real). También hará necesario que las autoridades modifiquen las normas y que los bancos se le midan a aceptar este tipo de respaldo en los préstamos.
Esto haría necesaria la adecuación de estas variables en los modelos de riesgo. De acuerdo con John Wilson, experto jurídico de la OEA, el punto crucial de este cambio radica en que en cada país exista un registro electrónico de las garantías mobiliarias, al cual puedan tener acceso los bancos para verificar el respaldo que tendrán los créditos por aprobar.
Se trata de que los países se modernicen y abandonen el clásico papeleo que existe hoy para la colocación de un crédito. El abogado colombiano Francisco Reyes señala que en la adopción de un esquema de esta naturaleza también es fundamental que se reduzcan los tiempos de los procesos ejecutivos, para que los bancos puedan hacer efectivas las garantías de forma rápida, ante un incumplimiento de los deudores.
La Superintendencia Financiera estudia fórmulas como esta, para impulsar aún más el acceso al crédito de aquellos sectores que aún no lo tienen.
Un modelo probado
En Estados Unidos, el 45 por ciento de los préstamos comerciales está respaldado bajo la figura de las garantías mobiliarias y más del 90 por ciento de los créditos menores a 100.000 dólares corresponden a pequeños empresarios que utilizaron este aval.No se trata de suplantar el sistema de garantías tradicional, sino de o complementarlo.