Un buen desempeño tuvo la industria manufacturera entre enero y septiembre, al reportar un crecimiento del 2,8% en producción, 2,2% en ventas y 1,7% en ventas hacia el mercado interno, según la más reciente Encuesta de Opinión Industrial Conjunta de la Andi.
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De acuerdo con el gremio, la capacidad instalada se ubica nuevamente por encima del promedio histórico y se observa buen nivel en los pedidos, así como una buena dinámica en el indicador de inventarios.
“Los indicadores del sector industrial están por encima de los promedios históricos. Es así como el volumen de pedidos se ha estabilizado en niveles altos; la situación favorable de la industria y las mejores expectativas muestra mejoría con respecto al tercer trimestre del año pasado”, indicó la Andi.
Del mismo modo, la asociación señaló que los principales indicadores económicos también continúan con buen ritmo. “El comercio al por menor aumentó 5,4% para el periodo enero -septiembre y las exportaciones totales tuvieron una variación positiva de 13,7% dentro de las cuales en el sector industrial se presentó un aumento de 8,8% para el mismo período”, anotó.
Adicionalmente, en lo que va corrido del año (enero-septiembre) la demanda de energía eléctrica crece 2,9% y la demanda no regulada de la industria aumenta 2,1%. En la misma dirección, los datos de crecimiento del PIB, recientemente divulgados por el DANE, arrojan un crecimiento de 2,7% en el tercer trimestre para la economía colombiana y dentro de este el sector industrial se destacó positivamente con un crecimiento del 2,9% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Entre otras cosas, la encuesta reveló que El 51,4% de los industriales tiene planes de inversión, “lo que constituye una buena noticia sobre las perspectivas del sector. Se destaca que un porcentaje superior al 50% de los que planean realizar inversiones en el siguiente año, no se veía desde 2012” explicó la Andi.
El gremio puntualizó en que lo anterior “resalta la importancia que el resultado final de la Ley de Financiamiento que se está discutiendo en el Congreso se traduzca en una mayor competitividad tributaria cuyo principal enfoque esté en alcanzar un sistema amigable para el crecimiento económico y la inversión, contribuyendo a la sostenibilidad de las finanzas públicas”.
