Este lunes, la Superintendencia de Sociedades dio a conocer la orden de liquidación judicial (y por tanto obligatoria) para la Constructora Carlos Collins S.A., que ha estado vinculada con la tortuosa construcción del Túnel de la Línea.
(Lea: Supersociedades ordena liquidación de la constructora Carlos Collins S.A.).
No obstante, los mismos dueños ya habían decidido comenzar con el proceso de cierre de la compañía tres meses atrás, luego de que les negaran una nueva prórroga de tres meses para la terminación de las obras del túnel principal de 8,6 kilómetros y las obras a cielo abierto entre Tolima y Quindío, que le habían sido encomendadas a la Unión Temporal Segundo Centenario, de la que hace parte Carlos Collins S.A. –el costo inicial eran $629.000 millones pero se calcula que terminará valiendo tres veces más–.
Lo curioso es que, a pesar de la envergadura de la empresa y su importancia por haber estado en el ojo del huracán por incumplimientos, no había informado sobre el acuerdo de liquidación al organismo de control societario.
(Consejo de Estado ratifica condena económica contra Carlos Collins).
Las dificultades conocidas públicamente habían llevado a la Súper a ordenar visitas entre el 2 y el 15 de diciembre para verificar el estado de salud financiera y allí fue donde hallaron un acta del 27 de octubre del 2016 en la que los socios determinaron proceder a la liquidación privada.
En la inspección, los funcionarios constataron que la entidad no estaba funcionando ni renovó su matrícula mercantil. Pero además, les debía sueldos a sus trabajadores desde el mismo octubre y tenía un embargo de la Dian por no cumplir con sus obligaciones.
Nada más la deuda con esta última entidad supera los $1.800 millones por lo que le generó un embargo, pues no le paga retención en la fuente desde el 2014, le debe $1.585 millones por impuesto a la renta del 2013 y el 2015; más $199 millones por el impuesto a la riqueza del 2016 y $17 millones del IVA del primer periodo del último año.
(¿Qué viene para el Túnel de la Línea, tras la liquidación del contrato con Carlos Collins?).
En total, la deuda vencida a más de 90 días sumaría más de $10.000 millones y los activos estarían por los $67.000 millones; sin embargo, el estado concreto se deberá conocer dentro de un mes, cuando el ex representante legal, Carlos Guillermo Collins Espeleta, debe entregar las cuentas actualizadas.
René Arturo Ramírez González fue nombrado como liquidador. Su misión será reunir la mayor cantidad de activos posible para pagarles a los acreedores.
En libros, Collins Espeleta figura con el 60 % de la compañía y el 40 % restante aparece por partes iguales repartido entre Nilse Díaz de Collins y sus hijos Ana Lucía, Vicky, Juan Carlos y Carlos Roberto.
Según su página web, la empresa cuenta con 7 proyectos en ejecución y, para desarrollarlos, posee 3 plantas de asfalto, lo mismo que 2 de triturado de agregados, 2 procesadoras de concreto y un laboratorio de materiales.
LOS ÚLTIMOS FRENTES DE TRABAJO
Según la web de la firma tenía varios proyectos en ejecución: en la autopista Bogotá-Girardot, en la vía Zipaquirá-Bucaramanga, en la transversal de Boyacá y el Túnel de la Línea, que ha sido la obra más importante en su historia, y el más polémico.
Infraestructura
31 ene 2017 - 9:32 a. m.
Carlos Collins barajaba la posibilidad de liquidar, pero no lo había informado
La constructora había decidido iniciar el proceso de cierre, luego de que les negaran una nueva prórroga para la terminación del Túnel de la Línea.
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