No hay duda que el futuro de la operación petrolera del país está en el desarrollo de los Yacimientos no Convencionales (YNC), sin embargo no hay que enredarse en su actual debate y, por el contrario, se debe optimizar el desarrollo de los campos convencionales.
La afirmación es de Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), quien en dialogo con Portafolio afirmó que mientras se despejen todas las dudas que existen alrededor de la operación de los YNC con la técnica el fracking, el país no debe perder el norte en cuanto a su actividad hidrocarburífera.
El líder gremial precisó que no solo se debe recurrir a la técnica del recobro mejorado para optimizar la producción de los campos maduros, sino que también se debe llevar la exploración a otras cuencas.
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¿La operación petrolera se está enredando en el debate por el desarrollo de los YNC?
Lo que más le conviene a Colombia es desarrollar sus YNC, pero no hay que centrar toda la operación en su desarrollo. Es fundamental continuar apostándoles a los yacimientos convencionales, avanzar con las tareas en nuevas cuencas, las cuales en la actualidad están poco exploradas, y lograr las condiciones que permitan el desarrollo costa afuera. El país necesita poner los proyectos en distintas canastas, más durante un período de diversificación energética en el que los combustibles de origen fósil van a continuar siendo determinantes.
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¿Qué debe hacer la industria para recuperar la producción por encima del millón de barriles?
Debe seguir mejorando la competitividad. Independiente del comportamiento de los precios internacionales, los cuales son volátiles, como se ha evidenciado en las últimas semanas. Cuando hablo de competitividad me refiero no solo de carácter fiscal, sino también de superar desafíos como son la seguridad jurídica y la reforma fondo al Sistema General de Regalías (SGR).
¿Los YNC son la vía para no solo incrementar la producción diaria de crudo, sino además para aumentar las reservas del país?
Desde 1918, la totalidad del petróleo y parte del gas ha tenido el origen en los yacimientos convencionales y en aguas someras. Pero con los años, los descubrimientos en tierra firme son cada vez más escasos. Y cuando se anuncia uno son bajos los volúmenes. Esto, en parte, explica el que no haya sido fácil en los últimos años incrementar las reservas probadas, por lo que consideramos que no se debe dejar de explorar y producir los hidrocarburos que están en los YNC.
¿Qué hacer mientras se les da ‘luz’ a los YNC?
Sería un error no hacerlo, más cuando el país tiene claro que hay una ventana de oportunidad de 30 o 40 años de operación. Salvo que se presente algún descubrimiento sorpresivo, los combustibles fósiles van a seguir jugando un papel muy importante. Hay que apostarles a los distintos tipos de yacimientos con las técnicas que conoce la industria.
¿Cómo va la puesta del país por el desarrollo de las áreas costa afuera?
El país ha tenido movimientos importantes en la operación offshore. Sin embargo, los descubrimientos son más de gas, el cual está depositado a grandes profundidades. El mercado de este combustible ha cambiado a nivel internacional. En la actualidad se encuentra en regiones como EE. UU., que poseen excedentes y que en parte explica que los precios sean bajos. Esto no permiten que su desarrollo sea rentable.
¿Es atractiva la operación para atraer más inversión?
Lo que vemos es que las inversiones costa afuera cada día son más efectivas, en parte por el desarrollo de los YNC. Esto es importante tenerlo en cuenta porque, con unos descubrimientos como los que se han registrado, la única manera para garantizar su producción es con seguridad jurídica a prueba de cambios o volatilidad ideológica o política. Además, requiere de unas condiciones económicas que hagan estos proyectos rentables. El desafío es garantizar la rentabilidad de la operación petrolera del país.
¿El recobro es la apuesta en los convencionales?
El recobro mejorado le ha permitido a la operación petrolera nacional mantener la producción en los campos maduros, pero las empresas que lo han adoptado, lo están desarrollando en las áreas que conoce.
Así, evitan los riesgos propios de incursionar en otras áreas por lo complejo de la tarea. Para cambiar la situación, se debe garantizar que los procesos de licenciamiento ambiental y permisos arqueológicos sean razonables, sin dejar de ser rigurosos, entendiendo que las regiones productoras deben recibir mayores recursos de regalías. Se deben considerar mecanismos para incentivar la exploración. Se requiere una voluntad de carácter político.
¿Qué se debe hacer para reactivar el proceso competitivo Sinú - San Jacinto y la ronda permanente?
El país lleva más de cuatro años sin asignar una sola área para desarrollo, y esta situación habla por sí sola. Estos procesos han sido fallidos porque las condiciones bajo las cuales se busca atraer la inversión no son competitivas. Hay que entender que en este momento existen entre 3.000 y 4.000 áreas ofertadas en el mundo para la operación petrolera y el capital va hacia donde las condiciones le son favorables.
¿Es previsible que el país descubra otro campo con gran prospectividad como el de Caño Limón en Arauca?
Es lo que espera el sector petrolero, pero ha transcurrido el tiempo y no se ha encontrado. Los grandes descubrimientos que ha tenido el país como el de La Cira Infantas, Caño Limón, Cusiana y Cupiagua son debido al conocimiento y capital de empresas extranjeras, que actúan de la mano de Ecopetrol. Hay que recuperar la confianza para que lleguen nuevas compañías foráneas, porque el país no está en condiciones de asumir la operación en solitario. Repito, se deben crear unas condiciones de competitividad que le permitan al país estar en el radar internacional de la operación petrolera.
Alfonso López Suárez
Redacción Portafolio