Las empresas están haciendo sumas y restas para calcular sus presupuestos del año entrante y ya están incorporando que el 2015 será bueno, pero no tanto como este año.
En eso coinciden el Gobierno, los centros de estudios, los analistas y los gremios en distintas actividades de la producción.
De hecho, las proyecciones de crecimiento para el 2015 están entre 4,2 y 4,5 por ciento, pero detrás de ese dato hay una gran variedad de historias.
Algunos indicadores siguen creando buenas condiciones. Por ejemplo, los analistas tienen la expectativa que la inflación continuará muy cerca del 3 por ciento, rango meta fijado por el Emisor.
Igualmente, se espera que el mercado laboral continúe mejorando, de manera que el desempleo podría rondar el 8,5 por ciento, lo cual se traduce en una mejora en el gasto de las familias.
Es justamente el consumo privado lo que, a juicio de los analistas, seguiría impulsando la economía, pues la confianza de los consumidores ha mejorado y, según el Índice Genworth realizado por Ipsos Morie, el 76 de los colombianos es optimista sobre su situación financiera.
Un informe de Bancolombia señala que si bien habrá una moderación frente al 2014, “las compras de los hogares, seguirían sólidas. Esto, gracias al buen desempeño del empleo asalariado, la estabilización en el crecimiento de la cartera de consumo y la reactivación de la demanda por bienes durables”.
Otro punto a favor es la inversión, tanto pública como privada. Sobre el primer punto, Credicorp Capital considera que, además del gran volumen de recursos de regalías para proyectos, “el 2015 es el último año de gobiernos locales y regionales (las elecciones de alcaldes y gobernadores se llevaran a cabo en octubre), lo que seguramente incentivará una mayor ejecución de proyectos”.
Y, en el frente privado, las inversiones estarán motivadas “por el inicio de nuevos proyectos productivos, por el comienzo de la primera fase de los proyectos de infraestructura 4G y por una aceptable dinámica de la demanda por vivienda”, dice Bancolombia.
Precisamente, la construcción, tanto obras civiles como edificaciones, seguirá aportándole a la economía colombiana, dice Serfinco.
Por otra parte, hay elementos que si bien no sumarán en esa medida, tampoco le restarán impulso a la economía como en el 2014.
Por un lado están las exportaciones, que se espera retomen un crecimiento ante una mejora de los socios comerciales del país y vuelvan a superar los 60.000 millones de dólares.
También se prevé una recuperación de la industria, en tanto que la minería retomaría parte de su dinámica en 2015.
Sin embargo, las cifras anteriores, consideradas aceptables en medio de la coyuntura global, están acompañadas de un ambiente de incertidumbre, local y externa.
En Colombia sigue la incertidumbre en torno a la reforma tributaria que se está discutiendo en el Congreso, por cómo cambiará la carga tributaria para las empresas y su impacto en la inversión.
Y, lógicamente, el otro frente que incide en el país y sobre el que no se puede hacer gran cosa, es la coyuntura externa.
La recuperación de Estados Unidos y las decisiones de tasas de la Reserva Federal, la situación en Europa y el efecto de sus planes de estímulo, el enfriamiento de China y el panorama en el vecindario, son algunos de los elementos que crean incertidumbre.
VIENE UN AÑO CLAVE PARA LA PAZ
El desempeño de la economía en el próximo año también dependerá en buena medida de los resultados de los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc.
Aparte de la incertidumbre que genera el proceso en sí, para el país viene un reto aún mayor que las negociaciones, y es la estrategia con la cual va a hacer frente al posconflicto. Se necesitan cuantiosos recursos para el campo, la atención de los excombatientes, entre otros. El Gobierno cree que si este proceso se consolida y se llega un acuerdo, la economía podría crecer 1,5 puntos adicionales, cada año.
ALERTA POR IMPACTO DE LA REFORMA TRIBUTARIA
Los empresarios están divididos en sus opiniones sobre las perspectivas de la economía, pero hay consenso en su preocupación por el cambio en las reglas de juego, que puede significar la aprobación de la reforma tributaria que cursa en el Congreso.
De acuerdo con los resultados de la última Encuesta de Opinión Conjunta, el 48,7 por ciento de los consultados dijeron que no tienen proyectos de inversión para el próximo año, en tanto que una porción similar opina lo contrario.
Los empresarios aseguran que el Gobierno no puede seguir cargando sobre los hombros del sector productivo las necesidades de financiamiento del Estado, a través del incremento de los impuestos. Agregan que si se mantiene el proyecto de ley que hace trámite en el Congreso se ponen riesgo la inversión y los planes de expansión de las empresas que están previstos para el 2015.
A través del Consejo Gremial Nacional, su presidente, Bruce Mac Master, el sector privado es partidario de que este año sea congelada la reforma tributaria y se concerte con los diferentes sectores una ley aplicable para los próximo tres años.
Los gremios apoyan de manera incondicional los diálogos de paz, y reconocen que se llegarse a un acuerdo con las Farc, a partir del próximo año habrá una mejoría en las perspectivas de crecimiento y de la inversión nacional y extranjera, que ayudará a inpulsar el desempeño del Producto Interno Bruto.
Sin embargo, advierten que el costo del posconflicto no puede ser asumido por las mismas personas y las empresas que siempre han pagado impuestos.
El Consejo Gremial asegura que una de las medidas que debe aplicar el Gobierno de manera inmediata es el recorte del gasto público, para aliviar la situación fiscal.
Las proyecciones de crecimiento para el año entrante varían entre 4,2% y 4,7% por ciento, mientras que hay confianza sobre la estabilidad de la inflación. En lo que sí hay preocupación empresarial es en la tasa de desempleo.
Afirman que la tendencia descendente de la tasa de desocupación podría frenarse si el Gobierno insiste en la reforma tributaria y en la ley de reactivación de los recargos nocturnos y las horas extras, pues consideran que esto eleva los costos laborales, y afecta la contratación de personal.
PETRÓLEO Y CARBÓN
De acuerdo con los supuestos del marco fiscal a mediano plazo, actualizado este año, en el 2015 la producción petrolera del país debe ser de 1 millón 29 mil barriles promedio diario, es decir 42 mil barriles más de lo que se produce actualmente. El cumplimiento de este pronóstico dependerá de que el país logre destrabar algunos cuellos de botella existentes como los problemas con licencias ambientales (solo Ecopetrol ha tenido que aplazar la producción de 16 mil barriles en promedio al día por estos temas).
El reto también estará en frenar los problemas de orden público y conflictos con las comunidades. De acuerdo con la Asociación Colombiana del Petróleo este año el sector ha perdido más de un billón de pesos por cuenta de los ataques a la infraestructura. Todo esto deberá solucionarse para permitirle a la industria crecer en un entorno de precios incierto.
En materia de producción de carbón la normalidad ganada este año en los puertos de Drummond y Cerrejón permite dar pie a proyecciones más optimista. De hecho, de acuerdo con la proyección del Ministro de Minas y Energía, Tomás González, el próximo año se puede superar la producción de 100 millones de toneladas, una cifra por encima de las 95 millones de toneladas que se aspiran producir este año.
AMBIENTE PARA OBRAS PÚBLICAS Y PRIVADAS
* INFRAESTRUCTURA
Entre las metas que se trazó el Gobierno para este cuatrienio en materia de infraestructura está mantener el ritmo de construcción de doble calzada, en 300 km al año, para terminar en el 2018 con 1.200 km. Para el 2015 continuará la adjudicación de concesiones de cuarta generación con 10 proyectos que suman 1.827 km y demandan inversiones por 14,3 billones de pesos. También se seguirá con la evaluación y aprobación de las Asociaciones Público-Privadas (APP). Este año se espera sacar a licitación Ibagué-Cajamarca y concluir las aprobaciones de otras dos iniciativas que están maduras Malla vial del Meta y el tercer sector de la doble calzada Bogotá-Villavicencio. En próximo año se trabajaría en los avales para otras carreteras que están en factibilidad como: Caucasia -Planeta Rica-La Ye; Cereté -Lorica -Toluviejo -Cruz del Viso, Cambao- Manizales-Mariquita - Ibagué; San Roque - Paraguachón y La Paila - Cajamarca. En sector férreo a mediados del próximo año y después de 24 meses de obras, entrará en operación los tramos La Dorada (Caldas)-Chiriguaná (Cesar) y Bogotá-Belencito (Boyacá). Durante ese mismo año se empezará con las obras de la variante El Doctor-Mamatoco, que iría por la detrás de la zona turística y permitiría movilizar carbón hacia el puerto de Santa Marta. Al mismo se desarrollarán importantes inversiones para los corredores férreos para pasajeros en Bogotá, que conectarán la Sabana con Soacha y Facatativá.
* CONSTRUCCIÓN
Para Jorge Enrique Gómez, presidente de la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá, “el sector inmobiliario se encuentra en uno de sus mejores momentos y de acuerdo con las proyecciones, en 2015 puede crecer en un 7.1%. Este auge se debe a la construcción, la infraestructura y los programas de vivienda, lo que se refleja en el crecimiento sostenido de la economía colombiana”.
VA A PRESENTARSE UNA RELATIVA ESTABILIDAD
Para el 2015, las previsiones de Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), indican un crecimiento del 4,5 por ciento para el Producto Interno Bruto (PIB) total del país, mientras que el del sector agrario podrá ubicarse entre 3,8 y 4,0.
“El café, por ejemplo, seguirá jalonando la economía del país”, dijo Mejía.
La avicultura, al igual que los cultivos de hortalizas y de papa, también serán otras de las actividades que darán el impulso a la economía agraria del país.
En cuanto a la inflación, el dirigente gremial destacó que también mantendría una estabilidad, por lo que no se esperarían mayores sobresaltos frente a las situaciones vividas durante este 2014.
Una de las situaciones favorables para la economía del país, destacó Mejía, es la devaluación del peso colombiano frente al dólar estadounidense, pues por la tasa de cambio se le inyectan más pesos a la economía del país.
Por último, frente al comercio exterior, se esperaría una merma en las importaciones, pues la devaluación las encarece, favoreciendo así, de forma directa, a la producción nacional, es decir, se jalonaría la economía de todos los sectores del país.