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Carlos

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Economía

03 ago 2018 - 1:22 a. m.

‘Manejamos la economía con pragmatismo y con toda la responsabilidad’

El presidente Santos destaca que el país salió menos golpeado de la crisis global, la reducción del desempleo y el control de la inflación.

Juan Manuel Santos, presidente de la República

Entrevista con el presidente Juan Manuel Santos

POR:
Portafolio
03 ago 2018 - 1:22 a. m.

En la cuenta regresiva del fin de su segundo periodo en la Casa de Nariño, el presidente Juan Manuel Santos está teniendo intensas jornadas que incluyen entregas de obras, reuniones con diferentes personas y balances de su administración.

En el corte de cuentas hecho con Portafolio, a solo cuatro días de culminar su misión, Santos destaca logros como dejar una economía en crecimiento, el desempleo más bajo y un dinamismo en la inversión, aunque reconoce que el costo de la reforma tributaria fue mayor al previsto y que hubiera podido aprovechar más los subsidios a la vivienda para reactivar la economía.

(Lea: El legado de Santos

¿Qué siente ya en las verdaderas postrimerías de su Gobierno?

Pues una tremenda tranquilidad. Terminé la faena. Ya los trastos se le entregan al próximo gobierno; estamos cerrando los diferentes frentes. Hay una satisfacción, por un lado, del deber cumplido, y una que otra frustración, porque siempre quedan cosas por hacer. Pero creo que el balance, hablando específicamente de la parte económica, es muy positivo.

¿Qué siente que faltó en ese frente?

Siempre uno puede decir que se pudo haber hecho más. Por ejemplo, en la parte del empleo, sí bajamos el desempleo a un dígito, pero creo que hemos debido haberlo reducido más; eso es evidente cuando se compara a Colombia con países con tasas más bajas.

(Lea: 'Colombia debe preservar la confianza de los inversionistas', mensaje de Santos al próximo presidente

O cuando medimos la pobreza extrema. La bajamos a la mitad, pero todavía hay cerca del 7% de colombianos que vive en esa condición. Este debería ser un país sin pobreza.
En la parte del crecimiento estamos nuevamente en la senda ascendente y vamos por buen camino, pero nos golpeó demasiado duro la caída de los precios del petróleo, y es una lástima no haber podido crecer a tasas más altas, aunque lo que dejamos es satisfactorio.

En fin, siempre quedan vacíos.

¿Y cuáles han sido las mayores satisfacciones?

En términos generales, dejamos una economía mucho más fuerte de la que recibimos; eso es a lo que todo gobernante aspira. Pero cuando se comienza a segmentar el comportamiento económico, destacaría el haber logrado el grado de inversión y mantenerlo, a pesar del peor choque externo que hemos sufrido en los últimos cien años. Controlamos la inflación y ya vamos en la mitad del rango definido como meta.

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Resumiendo los logros, tenemos una economía más fuerte y que está creciendo, dejamos un país con una inflación controlada, además de la tasa de inversión más alta de nuestra historia y de América Latina, por encima del 27%.

Se está generando empleo, y por primera vez en los últimos años, es en su mayoría formal. El 70% de los más de 3,5 millones de puestos que hemos generado son formales.

Así mismo, creo que el año entrante la economía va a crecer cerca del 4%. El Fondo Monetario acaba de revisar hacia arriba la proyección, mientras que bajaron las perspectivas en América Latina para el 2019 y eso quiere decir que vamos por buen camino.

Nos mantenemos en la Regla Fiscal a pesar de las dificultades y de la estrechez que tenemos en ese frente.

Las exportaciones están creciendo y hemos mejorado en el acceso al crédito internacional, por ejemplo, con bonos soberanos, lo que significa tener acceso a un precio que demuestra la tremenda confianza que hay en el futuro de Colombia.

Todo eso nos muestra que tenemos una economía muy sólida, a pesar también de la turbulencia regional, con vecinos que sufren una crisis que jamás habían vivido en su historia.

Si pudiera retroceder el reloj, ¿qué hubiera hecho diferente en materia económica?

Yo soy pro tercera vía, que tiene un enfoque muy pragmático, y conté con los doctores Juan Carlos Echeverry y Mauricio Cárdenas, que fueron extraordinarios ministros de Hacienda. Yo ocupé ese cargo y sé lo difícil que es.

Manejamos las dificultades con un pragmatismo que dio muchos resultados. De pronto, si hubiéramos invertido más plata en los subsidios de vivienda el efecto hubiera sido más rápido en la recuperación del crecimiento.

No sé si la reforma tributaria, tal y como quedó diseñada, era lo mejor; si eso de pronto impactó el consumo de la gente y la sicología de los empresarios y de los inversionistas, y si nos golpeó más de lo que debía.

Decisiones como esas, que uno mira retrospectivamente, son las consideraciones que se hacen, pero creo que en términos generales manejamos la economía de forma muy pragmática y con completa responsabilidad. Yo siempre he sido conservador en lo fiscal y progresista en lo social y esa combinación fue muy productiva.

Podría decirse que su gobierno tuvo dos eras claramente diferenciadas: la primera, de bonanza de materias primas y otra de austeridad y de apretarse el cinturón cuando, en el 2014, las cotizaciones del petróleo se desplomaron ¿Cree que parte de su segundo periodo se vio afectado por esta situación?

Sin duda alguna. La caída de los precios del petróleo nos pegó muy duro. Eso golpeó la confianza y generó una devaluación muy rápida. Pero al mismo tiempo sirvió de colchón, porque si no nos hubiéramos devaluado, el choque nos habría hecho producir una recesión. La devaluación nos ayudó a no tener un crecimiento negativo después del choque.

Definitivamente sí fueron dos periodos muy distintos.

Gracias a todo lo que invertimos en esa primera era, a la ley de las regalías, se generaron proyectos que ahí están. ¿Sabe usted cuántos proyectos se construyeron? Más de 38.000 de todo tipo. Con la reforma a las regalías se realizaron proyectos muy importantes para fortalecer la equidad entre las regiones.

Menciona usted el tema de las regalías. En la reforma, bajo su gobierno, se popularizó por una frase que acuñó Juan Carlos Echeverry, de repartir la ‘mermelada’ en toda la tostada, y por cosas del destino el término resultó siendo mal asociado.

La oposición, desafortunadamente, satanizó esa inversión, pero ningún gobierno ha hecho tanto en este campo; ese dinero lo repartimos a todas las regiones para que se construyeran obras. En cualquier nación del mundo, las regiones van a pedir dinero al Congreso y al Gobierno con el fin de materializar sus proyectos, es la esencia misma de las relaciones con el alto poder. Lo censurable es si esos recursos se los roban, y en eso fuimos supremamente cuidadosos.

Presidente, hablemos de algunos de los temas más controvertidos. Comencemos por Reficar. ¿Qué percepción tiene de ese que, para muchos, es el caso de corrupción más grande del país?

Reficar tuvo un pecado original, inició mal; empezó con una serie de equivocaciones. Pero después, cuando estaba a mitad de camino, dejar de invertir habría sido la peor de todas las alternativas, porque se habría perdido la plata.

Finalmente, Reficar acabó costando más o menos lo mismo que cualquier refinería de esa dimensión, según los cálculos de los expertos. Y sufrió lo de la mayoría de proyectos de este país, y es que no se estructuraban bien y en la medida en que iban avanzando se tenían que hacer mayores inversiones por imprevistos.

¿Y la venta de Isagén?

Fue una gran venta y muy buena decisión. La rentabilidad de las inversiones que se hicieron por esa venta es muy superior a lo previsto. De eso se trata cualquier venta.

Electricaribe…

Electricaribe ha sido un dolor de cabeza terrible. Hemos hecho lo posible para encontrar un socio estratégico que la compre. Yo espero que a final de este mes esté todo listo para que empiecen las ofertas para entregarle eso a un buen operador, y terminar con ese mal de una vez por todas.

Hidroituango…

De Hidroituango me preocupa que el grado de riesgo no se ha podido bajar más de lo que se redujo al comienzo. En estas últimas semanas hay una relativa calma, pero eso no quiere decir que el riesgo haya disminuido.

Los problemas en los cierres financieros en las concesiones para proyectos de 4G.

Eso va marchando. Hay por lo menos 16 cierres financieros listos y creemos que a final de año habrá 3 o 4 más.

Aquí hay un problema: siempre he creído que nuestro sector financiero es pequeño y no le ha prestado la suficiente atención a estos proyectos, pero hemos sido creativos con la Financiera de Desarrollo Nacional, algo muy importante para suplir lo que han debido hacer los bancos.

¿Qué dice del remoquete de que este es un gobierno derrochón?

Eso se borra al ver el porcentaje del PIB del gasto del Estado, que hoy es menor al del 2009.

¿Qué opina del peso de la economía ilegal, como la entrada de divisas por cultivos ilícitos?

Eso es un sofisma. Le voy a decir por qué: si usted hace el cálculo de las hectáreas de coca, lo traduce a toneladas y las compara con la cocaína que hemos incautado, va a descubrir que la oferta neta de droga en Colombia en vez de aumentar ha caído con respecto a la década pasada.

El clima internacional se ha deteriorado sobre todo por la guerra comercial que parece seguir avanzando y aunque ese coletazo no le ha pegado directamente a la economía colombiana, sí hay una nube en el horizonte. ¿Qué opina usted sobre lo que pasa en el mundo? 

Me preocupa mucho lo que está sucediendo. El presidente Trump está despedazando el orden de la economía mundial. Aunque no nos ha tocado a nosotros, no sabemos esto dónde va a parar. Eso apenas está comenzando. Nos hemos cubierto gracias a la Alianza del Pacífico, en donde encontramos un orden comercial que nos proteja de la situación del mundo.

En el plano internacional, también es necesario mencionar a Venezuela por el impacto directo sobre Colombia. Ese es un costo que sin duda ha ido creciendo. Eso lo analizamos con todos los ministerios cada semana. La política que hemos adoptado es ser generosos con los vecinos. A los migrantes los estamos recibiendo, pero sin duda este es un efecto muy negativo desde el punto de vista de costos.

Si el empleo venezolano se incorpora a la masa de trabajadores colombiana, de manera ordenada, esto puede ser productivo y positivo, y lo que puede ser mucho mejor es que cuando haya cambio de régimen vendrá una transformación que no se demorará mucho. En ese momento las oportunidades para Colombia van a ser enormes.

Usted tuvo que enfrentar una creciente agitación social ¿Cómo asumir eso?

Nosotros mantuvimos bastante apagado el incendio de la agitación social. Sí tuvimos muchos episodios difíciles y nos tocó incluso apagar bastantes incendios antes de que comenzaran. Naciones Unidas nos felicitó recientemente por el procedimiento que le dimos al manejo del diálogo social.

Con las redes sociales y la tecnología, esa es una constante que también deberá enfrentar el próximo gobierno, y para eso hay que aplicar distintos mecanismos de diálogo, y no represión, que permitan que esa agitación social se pueda canalizar de forma viable.

¿Y los que se oponen a la industria petrolera?

Hay que hacer bastante pedagogía para que las consultas en muchas regiones no se conviertan en escenarios de populismo de quienes quieren evitar que esto ocurra. El país no puede renunciar a esa industria extractiva, que es sustentable y responsable con el medioambiente.

¿Cómo balancear la promesa de crecimiento económico por los dividendos de la paz, si está demostrado que Colombia sigue teniendo problemas de seguridad?

Nadie dijo que esto iba a ser de un día para otro. Precisamente esta semana me entregaron el primer plan de desarrollo con enfoque territorial en 16 zonas del país, elaborado por comunidades en sitios que vivieron la guerra; estos ya están financiados y seguramente en algún momento tendrán un impacto muy positivo. A eso agréguele la inversión que está llegando, no solo gracias a la paz, sino al ingreso a la Ocde. En fin, eso va a seguir aumentando.

Súmele a eso los ingresos por turismo en regiones que antes no se podían visitar por el conflicto. Ese dividendo de la paz está llegando y se irá multiplicando en la medida en que corra el tiempo. Lo que veo es un futuro muy promisorio, así como lo ve el mundo.

¿Qué consejos le daría a su sucesor sobre el manejo de la economía?

Que conserve la Regla Fiscal, eso es muy importante porque mantiene la confianza, y que tenga cuidado con bajar impuestos si no tiene el reemplazo de los recursos, porque la situación fiscal no es muy alta, manejable, pero no muy alta.

Pero me gustó mucho lo que él me dijo: “Voy a continuar los programas que están funcionando, a corregir los que no están funcionando y a tener mis propios programas, y no voy a gobernar con el espejo retrovisor”. Si hace eso y maneja la economía con responsabilidad fiscal, creo que le va ir muy bien.

Ricardo Ávila Pinto
Director de Portafolio

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