La producción de café colombiano estará alrededor de los 14 millones de sacos de 60 kg al finalizar este año, de los cuales 13 millones son para exportación. Por lo tanto, queda un millón para consumo interno. Sin embargo, los colombianos demandan 1,8 millones de sacos. Esto se traduce en un déficit de 800.000 sacos, que terminan siendo importados; lo que significa que el 44,4% del que se toma en el país viene del exterior. Roberto Vélez, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé), explicó que lo importado va para la industria del café soluble y el consumo interno.
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Asimismo, cifras de la Fedecafé muestran el gran incremento que se ha dado en las compras externas del grano. Esto por lo que las importaciones, entre enero y mayo de este año, se incrementaron 125,5%, respecto al mismo periodo del 2017, al pasar de 94.000 a 212.000 sacos de 60 kg de café sin tostar.
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Esta misma tendencia se evidenció en mayo de este año, dado que las compras externas aumentaron 348,7%, al registrar 71.800 sacos de 60kg de café sin tostar, frente a 16.000 de mayo del año pasado. Sobre el incremento de las importaciones, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC, dijo que tendría que ser para mezclas y tiendas especiales.
Sobre el aumento del consumo interno, Pedro Gasca, orientador general Tostao’, aseguró que “en los últimos años en Colombia nos hemos apropiado de la cultura de café, ya no solo nos conformamos con un ‘tinto’, sino que hay un conocimiento más amplio sobre lo que es un espresso, un latte, un cappuccino o un macchiato.
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Esto es indispensable en un país como Colombia, donde el café es nuestro producto insignia y cada vez hay una mayor demanda por una materia prima de excelente calidad que sea consumida internamente. La producción de sacos ha crecido en los últimos años significativamente, por lo tanto el reto es asegurar que esa demanda sea abastecida por nosotros mismos como país productor”.
En esta misma línea, Aurelio Iragorri, exministro de Agricultura, indicó que “en un país como el nuestro que produce café de calidad, no se deberían importar pasillas. El aumento del consumo interno tendría que beneficiar al caficultor nacional. Mientras estuve al frente de la cartera de Agricultura el objetivo era disminuir las importaciones de café al país, por lo que logramos una caída cercana al 95%”.
Por otro lado, de acuerdo con la Fedecafé, los principales destinos a los cuales Colombia le compra el grano son Ecuador, Perú y Honduras.
Precisamente, el diario hondureño El Heraldo reseñó que durante la presente cosecha 2017/2018, Colombia es el país que ha sextuplicado sus importaciones del aromático hondureño.
De 26.310 quintales de 46 kilogramos en la temporada anterior (2016/2017), Colombia incrementó la compra a 157.908 quintales en lo que va de la cosecha actual, que culmina en septiembre próximo.
El aumento posiciona al país en el puesto número 10 de los 51 compradores de café hondureño, después de que el año pasado se ubicó en el 22, según el informe del Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), al cierre de junio pasado. Omar Fúnez, gerente técnico del Ihcafé, le explicó a ese diario que los factores que han influido para que se eleven sustancialmente las exportaciones del grano hondureño a Colombia se debe a un aumento en el consumo interno del país.
“Colombia ha nivelado su producción. Abrieron las cafeterías Juan Valdez en todo el mundo. Entonces, ellos su café lo están enviando para los diferentes mercados. El consumo interno ha incrementado y están comprando café en los diferentes países”, indicó Fúnez. Otro de los elementos que podrían atraer a Colombia del café hondureño es el parecido en el grano de ambas naciones.
Vale recordar que en abril de este año la Fedecafé informó que para evitar riesgos de desabastecimiento y mantener la competitividad de Buencafé en la industria, el Comité Nacional de Cafeteros autorizó la importación de café de otros países para la fábrica de café liofilizado con recursos de los excedentes de la operación de la misma o con créditos, pero no de la contribución cafetera.
En aquel momento, Roberto Vélez aseveró que “la importación es para hacer maquila y poder exportar, porque buena parte de la industria de solubles del mundo lo que usa son robustas, porque es mucho más eficiente a la hora de convertir el café robusta en café soluble”.
Entre tanto, durante junio, la producción de café en Colombia llegó a 1’087.000 sacos, lo que representó un aumento del 3,6% frente al mismo periodo del 2017 en el que la producción alcanzó los 1’049.000 sacos.
La Fedecafé destacó que en el mismo mes las exportaciones del producto superaron los 906.000 sacos de 60 kilos, un 4,3% menos en comparación con los casi 947.000 sacos exportados en julio de 2017. En el primer semestre de 2018, Colombia exportó casi 6 millones de sacos, 3,1% menos frente a los casi 6,2 millones de sacos puestos en el exterior durante los primeros seis meses del 2017. Con relación a la producción, en lo corrido del año a junio, la cosecha cafetera superó los 6,5 millones de sacos.
Andrés Felipe Quintero Vega
En Twitter: @QuinterovAndres