Cinco decanos de economía, de las más destacadas universidades en este campo, le expusieron a Portafolio sus soluciones para el panorama que vive el país. Los directores de los programas académicos de la Universidad Eafit, la Universidad Icesi, Universidad El Rosario, el Cesa y la Universidad de los Andes coincidieron en darles vida a nuevas reformas tributarias y pensionales. Esto se complementó con el hecho de que algunos de los consultados aseguraron que la productividad tenía como bases la tecnología, la educación y la ciencia.
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Se resalta que los directivos fueron moderamente optimistas sobre el hecho de que a pesar del bajo crecimiento del PIB nacional, Colombia ha tenido mejor desempeño que las demás economías de la región.
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Por otro lado, los expertos aseveraron que el país no puede seguir dependiendo tanto de los commodities, dada las caídas de los precios del petróleo que dieron fin al boom minero-energético que tuvo la nación en años anteriores. De ahí que hicieran énfasis en estrategias para diversificar la canasta exportadora con un mayor valor agregado en productos primarios. Igualmente, ciertos decanos señalaron que el bajo rendimiento del primer semestre podría repetirse en la segunda parte del año. De ahí que Carlos Sepúlveda, decano del Rosario, manifestara que “la coyuntura ha sido difícil por el bajo crecimiento y hay una confianza del consumidor muy reducida y los escándalos de corrupción merman, aún más, las posibilidades de una mejor dinámica”. Por último, apuntaron a un clima económico de dudas con las elecciones presidenciales del 2018.
“El choque externo con la caída del precio del petróleo no ha sido el problema, sino el hecho de no abordar el reto de diversificar su economía y de promover un cambio estructural positivo. Es inconcebible que en un país como el nuestro, el 71% de las exportaciones estén representadas por productos primarios, sin ningún tipo de valor agregado, y recalco que en el boom minero-energético llegaron a niveles de 81%; esta tendencia es absolutamente riesgosa (...). La reforma pensional es clave en términos sociales como lo decía Fasecolda. Es absolutamente impresentable que en un país, el 77% de las personas en edad de jubilación no tengan acceso a una pensión de vejez. Es un tema importante para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Por otra parte, yo soy moderamente optimista, porque veo los resultados de calificadoras de riesgo como Standard & Poor’s –que redujo su perspectiva de crecimiento del 1,7% a 1,6%– y del Banco de la República –que prevé un alza de 1,6%, pero en el 2018– de modo que, en general, las perspectivas son mejores y podríamos estar creciendo niveles superiores al 2% o 2,3%. Aunque el crecimiento de Colombia a todas luces no es satisfactorio, es superior a lo que sucede en Latinoamérica y el Caribe”.
“El segundo semestre va a tener el mismo ritmo bajo del primero; todas las causas de la situación económica no se han resuelto. Hay muchas expectativas negativas que afectan las variables y al consumo, y por lo tanto la producción. Vamos a estar en el crecimiento de todo el año en un alza de 1,7% o 1,6% del PIB, y con las perspectivas del debate electoral que se avecina, el primer semestre de 2018 va a ser muy lento en materia económica. En esos primeros seis meses también esperaría 1,7% o 1,6% de aumento del PIB. Sin embargo, al terminar el año entrante podríamos estar alrededor del 2%, porque una vez que se defina quién va a ser presidente, ese cierre de año podría haber una pequeña recuperación. Volviendo al presente, sobre el gasto público todavía no ha habido una definición por parte del Gobierno ni sobre el déficit fiscal y es un riesgo muy grande. El tema tributario sigue pesando sobre los colombianos; lo que se hizo este año simplemente fue un retoque para generar unos ingresos adicionales para el Gobierno, pero quedó en deuda con una reforma que permita también ayudar con una mejor redistribución de los ingresos; me parece que es una deuda social gigantesca que tiene con el país”.
"La economía para este año está muy difícil, en términos generales, el tema fiscal genera una preocupación que puede llevar, a corto plazo, a temas delicados. Por el lado de la coyuntura, ha sido difícil por el bajo crecimiento, hay una confianza del consumidor muy reducida y los escándalos de corrupción merman aún más las posibilidades de una mejor dinámica. El país requiere una estructura tributaria competitiva que implica cambios muy grandes en diferentes campos, se debe trabajar en mejorar la competitividad, las políticas laborales, infraestructura, tanto tecnológica como vial y educativa. Además, el país debe avanzar; hay que pasar de los subsidios sociales a la provisión de bienes. Se requieren reformas en varios campos, pero para poder lograrlas se necesitan acuerdos políticos muy serios. Necesitamos la reforma pensional, nadie se ha querido comprometer con esa discusión y se ha venido aplazando durante años, pero hay que prestarles atención también a los temas arancelarios. Colombia tiene que pensar en ser competitiva, y para eso se requiere ciencia, tecnología e innovación; hay que pensar en una gran reforma al sistema de educación, solo así se avanzará en otros frentes”.
“El país no ahorró lo suficiente para enfrentar las vacas flacas de la caída de los commodities ni invirtió en la época de vacas gordas para diversificar la base productiva y sobre todo la base de ciencia y tecnología, madre de todas las ganancias en productividad de un país. Si hablamos de “mejores” tasas de crecimiento, deberíamos hablar de un crecimiento mejor cuantificado, y eso debe incluir los costos ambientales de la degradación de la base natural de Colombia. Segundo, la inversión en ciencia y tecnología tendría que ser sustancialmente mayor para construir los cimientos de cambios de productividad para un mejor crecimiento. El sector de los hidrocarburos seguirá ofreciendo algunos recursos frescos para el Gobierno con los niveles actuales de precios del petróleo; la minería seguirá encontrando dificultades para desarrollar sus proyectos extractivos, debido a los temores de la sociedad civil por los riesgos ambientales; el turismo seguirá creciendo y encontrará oportunidades que podrían ser aprovechadas”.
“Hay que comenzar ya a explotar sectores basados en nuestro capital natural, que generen más empleo y que aprovechen los flujos de bienes y servicios ambientales para el largo plazo, basados en nuestra diversidad de ecosistemas. Hay que profundizar aún más las estrategias de reducción de la evasión, debemos continuar las actualizaciones catastrales de los municipios para mejorar los recaudos de impuesto predial, y es necesario aumentar la base tributaria para que sea más amplia y justa, para que cada uno de los ciudadanos aporte de acuerdo a sus capacidades y se pueda responder de igual manera proporcional a sus necesidades”.
“Colombia ha sido de los países que mejor reaccionó ante los ajustes internacionales en los precios de los commodities y a la crisis hipotecaria de los Estados Unidos. Prueba de ello es que no experimentamos una tasa de crecimiento negativa en ningún año, como sí lo hicieron otras naciones de la región. La reforma pensional se hace necesaria para conservar la estabilidad macroeconómica del país a largo plazo; si no se hace, estaríamos transfiriendo la responsabilidad del pago de nuestras pensiones a generaciones futuras y esto puede generar un desbalance en un período de tiempo relativamente corto (25 años). Sin embargo, ninguna de esas dos políticas va a generar crecimiento económico de mediano y largo plazo. Los determinantes del crecimiento son muy claros: mejores instituciones, estabilidad jurídica, incentivos para la reconversión tecnológica en varios sectores de la economía que se han resistido a la innovación (el agrícola entre ellos), mejor infraestructura y comunicaciones para conectar a las regiones y programas educativos de calidad que sean oportunos para la economía (inversión en capital humano). El Gobierno tiene políticas claras en algunos de estos puntos, pero en otros le falta muchísimo”.
“Desafortunadamente, en el sector industrial no se han hecho reformas suficientes que permitan un mejor ambiente de inversión; el sector, en muchos aspectos no es competitivo y no ha logrado diversificarse lo suficiente. Uno de los principales puntos es el alto costo laboral que hace que el salario mínimo en el país, sea más del doble que en México, que es una nación que compite con Colombia en atraer inversión extranjera directa”.
Daniel Guerrero
Andrés Quintero