Aunque América Latina está en la senda de recuperación, los rebrotes en la región están creando nuevos nubarrones sobre este repunte, dijo ayer el Fondo Monetario Internacional.
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En un artículo firmado entre otros por Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, se afirma que “la persistencia de la crisis sanitaria ensombrece las perspectivas a corto plazo. Tanto personas como economías siguen necesitando una inyección, mientras que el agravamiento de fragilidades estructurales subyacentes plantea serias dificultades a largo plazo”.
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En concreto, el FMI dice que el rebrote en Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, sumado a la lenta distribución de las vacunas, empaña las perspectivas, pero también indica que el impacto de los confinamientos no será tan elevado.
En el artículo también se hace referencia al peor dinamismo de la región frente al resto del mundo: Latinoamérica cayó 7% en 2020, frente al 3,3% global, mientras que el repunte será de 4,6% aquí, respecto al 5,8% del resto de mercados emergentes.
“El ingreso per cápita (de Latinoamérica) no retornará al nivel de antes de la pandemia hasta 2024, lo cual provocará pérdidas acumuladas del 30% respecto a la tendencia prepandémica”, apunta el artículo del FMI.
Cabe decir que el texto del FMI se suma a otros informes no tan positivos. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) publicó esta semana que ve el repunte de este año como “parcial”, y asegura que la economía regional cayó 7,6% en 2020, y crecerá 5,7% en 2021, para luego moderarse el próximo año.
Cabe señalar que otro informe de Moody’s sobre mercados emergentes afirmó que el estímulo monetario de los bancos centrales fue clave, pero genera riesgos a largo plazo.