Con base en los datos más recientes respecto a la estructura de las exportaciones de Colombia, es posible advertir que continúan teniendo un papel protagónico los productos primarios, que carecen por lo general de mayor valor agregado. De conformidad con datos del año pasado, como los ha dado a conocer el investigador Julio Díaz, el total de exportaciones del país llegó a rozar los 38,000 millones de dólares.
(Lea: Llegada de remesas aumentó 20% en los primeros 4 meses)
De ese monto total, el petróleo fue responsable de 13,000 millones aproximadamente y otros 7,000 millones se originaron de las ventas de carbón. Nótese cómo estos dos renglones serían los responsables de un poco más de la mitad del total de exportaciones colombianas. En ese contexto, el ingreso de divisa tuvo como tercer factor el turismo, quien reportó una entrada de casi 6,000 millones de dólares, en tanto el café habría dado un ingreso de 2,500 millones de dólares durante todo el año.
(Lea: Venezonalos podrán enviar remesas de manera legal)
Como parte del total de ingreso de dólares, las remesas familiares que envían los casi 5 millones que viven en el exterior, sumarían de enero a abril de 2018, la nada despreciable suma de 1,900 millones de dólares. De continuar esta tendencia los montos de remesas se estarían equiparando al total de moneda dura que mueve el turismo, siendo el tercer o cuarto renglón de ingreso de dólares al país.
(Lea: Suramérica crece como origen de las remesas hacia Colombia)
Sobre esta situación son varios los aspectos a analizar. De entrada, es de reconocer que las divisas que envían los colombianos desde el exterior tienen un impacto importante en el movimiento de la economía. Se evidencia que las rentas que mueven los procesos de producción, distribución y consumo en la economía nacional son en general, incluyen al petróleo y la minería.
La presencia de las remesas aún no demuestra todo el dramatismo de impacto que se hace evidente en otras naciones, tal el caso de países centroamericanos o México, pero sí impacta en el aprovisionamiento de divisas, algo que está contribuyendo a que el peso colombiano no se devalué más. Pero es de advertir que estos fondos de remesas y su repercusión en las economías presentan el problema de la sostenibilidad.
Quienes viajan a exterior son por lo general jóvenes, quienes están en la edad productiva. Envían remesas, claro que sí, pero tenderían a integrarse a las nuevas sociedades en las que viven. De allí que la proyección sería a que no es sostenible esta fuente de dólares, a excepción que el flujo de migrantes a los países-metrópolis o centrales, fuese constante.
Además de las inversiones en bienes inmuebles, las remesas contribuyen a la dinámica del consumo y a paliar en cierta forma, la falta de presencia institucional en regiones más bien apartadas en el país. En especial en la zona cafetera, el ingreso de divisas es importante en centros urbanos que incluyen a ciudades como Manizales, Pereira, Medellín y Armenia.
Giovanni E. Reyes,
Ph.D., University of Pittsburgh/Harvard Profesor y Director de la Maestría en Dirección de la Universidad del Rosario.