La única queja que tiene cuando habla con un medio colombiano, es la relacionada con Falcao García. A fin de cuentas, Fatih Birol es integrante de la junta directiva del equipo de fútbol Galatasaray, en su nativa Turquía e intervino en la decisión de contratar al jugador, cuyo desempeño todavía está por debajo de las expectativas.
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Aparte de ello, el actual director de la Agencia Internacional de Energía que tiene sede en París, dedica sus preocupaciones a examinar la evolución del sector. La importancia de las fuentes de generación renovables es cada vez mayor, como quedó claro en Davos. Sobre este tema, habló con Portafolio.
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¿Qué tan factible es hacer con rapidez la transición energética que piden los ambientalistas?
Pienso que las compañías dedicadas a la producción de hidrocarburos tienen muchas tareas por delante a la hora de reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Dicho eso, no hay duda de que seguiremos usando petróleo y gas natural durante muchos años. Incluso si nos atenemos a lo que dicen los acuerdos de París, ese será el caso.
¿Qué hay del carbón?
Esa es una historia distinta. La urgencia aquí es el uso de tecnologías limpias, porque las emisiones de dióxido de carbono en este caso, duplican las del gas natural. Hay métodos de capturar esos gases, aunque no son todavía económicamente viables.
¿Cuál es la perspectiva para mediados de este siglo?
Si nos atenemos a los compromisos internacionales, necesitaríamos petróleo, aunque menos que ahora, al igual que gas natural. El carbón solo será viable, si la tecnología que mencioné está disponible a un costo razonable.
¿Qué hay de las energías de fuentes renovables?
Hoy en día representan una quinta parte de la oferta. Lo que limita todavía una mayor masificación es que almacenar excedentes de electricidad es imposible, en el escenario de costos de ahora. Para que haga sentido, esos valores tendrían que caer a la mitad de los que se ven ahora.
¿Cuándo cambiará ese escenario?
Hay avances prometedores. Por ejemplo, los vehículos eléctricos cuentan con una mayor autonomía ahora. Aun así, no compiten con el motor de combustión en términos de eficiencia. La salida más rápida son los estímulos gubernamentales, hasta que tenga lugar un salto tecnológico.
¿Considera que en diez años veremos un cambio fundamental?
Depende de las políticas públicas. Bajo las condiciones actuales, veremos algo más de renovables y algo menos de carbón, pero sin que el escenario sea radicalmente distinto del de ahora. Es clave anotar que este es un sector que no puede cambiar de curso de la noche a la mañana, como es posible en el campo de la tecnología. Se asemeja a un trasatlántico que a una bicicleta. Además el curso no está plenamente definido.
Hay expertos que mencionan que India aumentará su consumo de carbón…
India, China e Indonesia, son grandes consumidores del mineral. Pero más que entrar en casos individuales, lo importante es señalar que todos los gases se emiten en el mismo planeta y llegan a la misma atmósfera. De poco servirá que un país reduzca sus emisiones si otro no hace la tarea.
¿Qué implica lo que dice para un exportador de petróleo y carbón, como Colombia?
Opino que Colombia seguirá exportando esos productos. El problema no necesariamente son las fuentes de energía, sino las emisiones que se derivan de su uso. En caso de que la tecnología avance y éstas se puedan controlar a niveles mucho menores que los de ahora, el principal daño habrá sido mitigado.
¿Qué opinión le merece el aumento previsto en la generación de energía usando fuentes alternativas en el país?
Me parece que es muy positivo. También lo sería si Colombia puede aumentar su producción de gas natural, para lo cual tendría que aceptar el uso de técnicas como el fracking.
Esa idea genera mucha controversia por el daño ambiental que implicaría…
Vale la pena recordar que la mayor reducción en la emisión de gases de efecto invernadero es la que hizo Estados Unidos en los últimos años, gracias a que la fractura de rocas de esquisto le permitió remplazar las plantas de generación a base de carbón, por otras movidas por gas natural.
¿Son justificados los temores que existen?
Aquí lo importante son las regulaciones para minimizar los riesgos. Los estándares tecnológicos estadounidenses son elevados y la experiencia muestra que el aumento en la producción de hidrocarburos ha sucedido sin contratiempos.
Entiendo las sensibilidades que existen en algunos lugares, pero lo que importa es la calidad de las reglas de juego y que estas se cumplan.
¿Qué le dice a un país que quiere profundizar su transición energética?
Que tiene que hacer una buena mezcla de fuentes de generación y que debe impulsar el uso de los carros eléctricos.
Pienso que en este campo ustedes están haciendo una muy buena tarea, liderados por una ministra que cumple una labor es excelente.
Colombia está interesada en vinculares a la Agencia Internacional de Energía. ¿Por qué?
Porque a lo largo de 45 años de trabajo hemos acumulado mucho conocimiento y experiencia. Conocemos las mejores prácticas del sector y podemos asesorar a los gobiernos, con el fin de que mejoren sus políticas y tengan éxito en su aplicación. Creo que sería una asociación de mutuo beneficio.
CAMBIO CLIMÁTICO: NADA SE LOGRA DE LA NOCHE A LA MAÑANA
Dos eventos acaecidos a miles de kilómetros de Suiza fueron claves para el desarrollo de las deliberaciones que tuvieron lugar en la víspera en Davos.
El primero pasó hace varios días. Los incendios vividos en Australia a comienzos de enero, que devastaron millones de hectáreas y causaron la muerte de cientos de miles de animales, dejaron una marca notoria en la audiencia. Con pocas excepciones, los presentes reconocieron que el calentamiento global es una realidad y que se requieren acciones más contundentes para contenerlo.
Incluso los asistentes regulares a la población alpina llamaron la atención sobre las condiciones particulares de la cita del 2020. En lugar de las frígidas temperaturas propias de la época, ayer el termómetro marcó los ocho grados centígrados.
Si bien hay suficiente nieve acumulada en las zonas verdes, una mirada a las montañas que rodean el lugar revela que el verde es color predominante y no el blanco. Puede ser solo una coincidencia o un capricho de la naturaleza, pero ver personas en camiseta en enero y clientes en las terrazas de los restaurantes, no tiene nada usual.
La lectura del termómetro alimenta el debate con respecto a la necesidad de tomar en serio el compromiso de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, sobre todo en aquellas economías que más contribuyen a sobrepasar los límites establecidos en los acuerdos de París, a mediados de la década pasada. Aun así, expertos dicen que nada se logrará de la noche a la mañana, así las fuentes de energía renovable muestren un gran dinamismo.
De otra parte, la declaratoria de una crisis en la ciudad china de Wuhan, en donde centenares de personas resultaron infectadas con el coronavirus 2019-nCoV, puso sobre la mesa el peligro de las pandemias. La posibilidad de que un mal se propague forma parte de los dolores de cabeza de quienes constatan que hay mutaciones en marcha y que ciertos males son resistentes a medicinas conocidas.
Sin embargo, a diferencia de lo que pasa en lo que atañe al medio ambiente, al menos en este caso existen motivos de esperanza. Y es que la comunidad científica sostiene que el espíritu de cooperación es la norma, sin importar las tensiones diplomáticas o las diferencias comerciales. “El lenguaje de la ciencia es uno solo y cuando suenan las alarmas porque hay vidas de por medio, el debate de las nacionalidades no importa”, explicó Rao Yi, quien maneja una escuela de medicina en Pekín.
Tal opinión fue ratificada por Mauro Ferri, presidente del Consejo de Investigación Europeo. Explicó que con la globalización, las fronteras son irrelevantes y por eso es clave la acción colectiva en la que se juntan las mentes más brillantes. “Esa es una lección que deberíamos aplicar en otros frentes”, dijo Magdalena Skipper de la revista Natura.
Ricardo Ávila Pinto
Enviado especial