El Centro suizo de Competitividad del International Institute for Management Development (IMD) es considerado precursor y referente global desde 1989. El Anuario de Competitividad Mundial 2016 del IMD evalúa 61 países, Colombia entre ellos, mediante un proceso continuo, sistemático y comparativo de variables que muestran, por un lado, el grado en que los gobiernos facilitan o traban la competitividad, y por el otro, si los comportamientos y prácticas de las empresas posibilitan mejoras en este campo.
El IMD analiza 340 criterios, agrupados en 4 categorías y 20 indicadores, que permiten identificar la evolución de la competitividad nacional y empresarial. La valoración de la competitividad colombiana entre el 2010 y el 2016 es francamente decepcionante. El Índice Global de Competitividad de Colombia retrocedió del puesto 45 al 51 entre 61 países en este lapso de tiempo. Al examinar sus componentes, podemos confirmar que según el IMD, el desempeño económico se deterioró en los últimos seis años del lugar 35 a 43; la eficiencia gubernamental disminuyó de 38 a 53; la eficiencia empresarial se redujo de 39 a 45 y la infraestructura perdió 3 escaños, de 53 a 56, entre 61 naciones.
Chile –ubicado en el puesto 36– es el único país latinoamericano fuera del grupo de los peores 20, mientras que Venezuela acapara el último rincón del ranking planetario de competitividad.
Nuestra evaluación de los 20 indicadores de competitividad de Colombia revela menoscabo en 14 de ellos, mejoría en 4 y estancamiento en los 2 restantes. En materia económica, el mayor descalabro se manifiesta en los asuntos de comercio internacional, área en la cual pasamos del puesto 47 en el 2010 al 60 en el 2016, entre 61 países, desplome derivado del abultado déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. En cuanto a la eficiencia gubernamental, el IMD reduce la calificación del marco institucional de 40 a 53, como consecuencia del aumento de los sobornos, la corrupción, la economía paralela y los elevados impuestos corporativos, áreas en las cuales nuestro país se ubica, este año, en el penúltimo lugar entre 61 países. La eficiencia de los negocios a nivel empresarial perdió 10 puestos (de 24 a 34) en estos seis años, resultante de la merma en la productividad, baja adaptabilidad y capacidad para atraer y retener talento humano, planos en los cuales Colombia se ubica en el puesto 54 en el 2016. Por último, el continuado deterioro de la infraestructura básica explica la pérdida de 7 escaños al pasar de 44 a 51.
La evolución favorable de la competitividad se circunscribe a empleo (34 a 24), precios (24 a 16), política fiscal (24 a 20) y mercado laboral (29 a 28). Se evidencia estancamiento en finanzas públicas (37) y en la pobre calificación en educación (57).
Así las cosas, podemos inferir que el avance de la competitividad nacional no es una prioridad gubernamental ni empresarial desde el 2010.
Andrés Espinosa Fenwarth
CEO de Inverdies
andresespinosa@inver10.co
columnista
El paraíso perdido de la competitividad
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Andrés Espinosa Fenwarth
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