A nivel mundial se evidencia que la innovación genera mejoras en productividad con sus respectivos efectos sobre el crecimiento, el desarrollo y ayuda a resolver los principales retos de la sociedad como son la mitigación del cambio climático, el fomento del desarrollo sustentable y una mayor cohesión social, es fundamental que los hacedores de política pública puedan monitorear, hacer seguimiento y evaluar las política implementadas, lo que implica medir la innovación a partir de su conceptualización, implicaciones y resultados en toda la economía cómo un sector que puede influenciar a otros en procesos innovadores.
En este contexto, el pasado 22 de octubre la OECD publicó la nueva versión del Manual de Oslo que es reconocido a nivel mundial como la principal metodología para la recolección, medición de estadísticas de innovación y una herramienta clave para los tomadores de decisiones y hacedores de política en esta temática. Esta nueva versión recopila la experiencia internacional, mejora el análisis y cálculo de la innovación haciendo énfasis en las diferencias entre países desarrollados y economías emergentes como la colombiana, que ha venido aplicando estos lineamientos en las consultas empresariales que realiza, un año al sector manufactura y al siguiente año al sector servicios y comercio a través de las encuestas de desarrollo e innovación tecnológica aplicadas por el DANE.
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Este nuevo manual implica nuevos retos en el cálculo de indicadores y el concepto mismo de innovación al analizarla de forma integral en toda la cadena de valor, lo que implica que la innovación no es solo del sector productivo sino que existen otras circunstancias internas o externas que la generan y por ello las mediciones y los indicadores deberían capturarlo y analizarlo de forma integral, con el fin de establecer los instrumentos que podrían promover innovación y fortalecer los procesos productivos.
Otro punto importante en la medición es poder entender y recopilar datos que permitan establecer cómo una idea se puede desarrollar e implementar transformando el sector productivo, los mercados locales, los países, la economía global y la sociedad, donde es clave poder establecer la innovación misma como un resultado y las actividades que permitieron lograr la innovación, lo cual implica de acuerdo al Manual de Oslo (2018) una novedad o mejora de producto o proceso que difiere de la inicial y que puede ser utilizada por un usuario lo cual se focaliza en el sector productivo que debe entender qué es innovación para poderla realizar y generar valor a través de la misma.
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En esta versión del Manual de Oslo se destacan las siguientes novedades:
i. Nuevos lineamientos para medir la innovación no sólo en el sector productivo sino en otro tipo de organizaciones e individuos.
ii. Actualización de definiciones y taxonomías para facilitar el reporte y la interpretación de los datos incorporando conceptos que se puedan integrar a las cuentas nacionales de los países y la sincronicidad con el Manual de Frascati que mide la inversión en investigación y desarrollo.
iii. Contar con mejores métricas relacionadas con la globalización y la digitalización que apoyen la valoración de la inversión en activos intangibles.
iv. Lineamientos para medir los factores internos y externos que afectan la innovación e integrando recomendaciones de medición para países en vías de desarrollo;
v. Prioriza la medición de las políticas del gobierno que influyen en la innovación del sector productivo;
vi. Establece una metodología integral para cubrir todos los datos necesarios para medir la innovación en todo su ciclo de vida y amplia el alcance de fuentes de información no sólo basadas en encuestas sino el uso de otras fuentes como son los registros administrativos y métodos complementarios para las firmas con mayores innovaciones;
vii. Se incluye una guía para trascender de las estadísticas y los indicadores al análisis y la evaluación de políticas; viii. Finalmente, se incluyen nuevas definiciones y términos de referencia.
Con el lanzamiento de este manual, continua el rediseño en la recolección de datos, métodos y bases de datos de acuerdo a los lineamientos de la OECD, donde Colombia puede comenzar a implementar estos cambios, lograr una mayor apropiación y entendimiento de la innovación por parte del sector productivo y otros grupos de interés relacionados, la valoración de las estadísticas y los indicadores como elemento primordial para la toma de decisiones, diseño y evaluación de instrumentos de política pública y estrategias para que la innovación se convierta en una herramienta efectiva en la promoción del crecimiento económico y el desarrollo sustentable del país, donde los retos que se enfrentan actualmente requieren de una sociedad afín a los procesos de innovación, sus beneficios y la importancia de sus resultados.
Clara Inés Pardo Martínez,
PhD. Profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario y Directora Ejecutiva del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OCyT).