Pero la espera después del acuerdo marco del 2 de abril sobre el programa nuclear de Teherán probablemente sea larga. Y entre hoy y ese momento, la dirección predominante de la presión sobre el precio del crudo probablemente sea a la baja.
La hipótesis de la estabilidad es simple. En algún punto, Arabia Saudí, Irán y algunos otros productores harán la paz comercial y defenderán un nuevo valor de equilibrio.
Probablemente estará debajo del precio demasiado generoso de 110 dólares el barril que se vio del 2011 hasta mediados de 2014.
Pero estará bastante arriba del mínimo necesario para mantener al mundo abastecido por un tiempo largo, algo de 30 dólares por barril. Sin embargo, entre ahora y entonces, tendrían que pasar muchas cosas.
El acuerdo tiene que completarse en los detalles y entrar en vigor. La producción de crudo iraní debe incrementarse y el derroche de consumo doméstico, que según el Informe Estadístico de la Energía Global de BP actualmente se ubica en alrededor de la mitad de la producción, debe bajar.
Un tema todavía más desafiante es que debe restablecerse la mentalidad del cártel. Sin embargo, es mucho más probable un período largo de competencia por participación de mercado que reducirá los precios hasta que la cooperación luzca como la manera menos mala de proceder.
Los sauditas ya están sacrificando ingresos por participación de mercado. Los iraníes probablemente tomen la misma decisión, de producir más ahora para tener una posición más fuerte en adelante.
Podrían tener el deseo de recrear una industria petrolera moderna para reintegrarse a la economía mundial.
Después de años de sanciones, no temen mucho a sufrir algún dolor económico.
Mientras estos productores relativamente baratos avanzan, la carga del ajuste recaerá casi totalmente sobre regiones menos favorecidas, desde el Ártico hasta el Atlántico Sur.
El gasto en exploración y desarrollo ya está cayendo rápido pero una vez que la capacidad esté en su lugar, se necesitan años, o un precio mucho menor, para que la producción de hecho caiga.
En resumen, el acuerdo iraní reduce los controles ya débiles sobre el suministro de petróleo. Parece el comienzo de un largo mercado bajista.
Reuters