Los ‘bachaqueros’ son para algunos venezolanos “una plaga de contrabandistas”, que se aprovechan de la crisis de Venezuela, pero para otros “son la salvación” ante la grave escasez de alimentos y medicinas que viene sufriendo en los últimos años el vecino país.
En la práctica son vendedores de la economía informal, que se dedican al contrabando de alimentos, con un mecanismo particular que les permite vaciar los anaqueles de los supermercados.
Estos personajes se han convertido en parte neurálgica de la vida cotidiana en Venezuela. Revenden hasta con un 200 % de sobreprecio los alimentos y medicinas controlados por el Gobierno.
Mientras que las estanterías de los supermercados lucen vacías, los ‘bachaqueros’ tienen de todo, desde leche, azúcar, pañales, pasta y hasta medicinas.
El negocio de los ‘bachaqueros’ está en conseguir, en forma ilegal, los productos controlados.
Además, muchos venezolanos acuden a ellos para zafarse de los controles que impone el gobierno, como la restricción de compras semanales en los supermercados y tiendas, que pasan por un sistema adaptado de ‘pico y placa’, basado en el terminal del número de cédula de identidad para hacer compras o un captahuellas.
Los ‘bachaqueros’ manejan una red de información y saben dónde y cuándo se equipan los supermercados. Hacen las largas filas en los comercios y hacen alianza con los vendedores, quienes –a cambio de una comisión o coima– y de modo subrepticio, le suministran la mercancía, que luego es revendida en la calle.
“Ofrezco los productos más caros, pero hay”, aseguró un comerciante informal, que desde hace un año ejerce como ‘bachaquero’, quien respondió, a través de redes sociales, a Portafolio.
“La gente necesita pañales para sus niños, leche, champú y jabón para lavar. Pagan lo que sea por estos productos. Se los llevan porque los necesitan”, apuntó el personaje.
“Yo no pido cédula ni tengo captahuella y mucho menos condiciono el número de productos que compra cada persona”, dijo, al sostener que es más “un servidor, que un contrabandista”, como lo culpan muchos.
Venezuela enfrenta una crisis de desabastecimiento del 70 % de alimentos y de medicinas, según la patronal Fedecámaras, que acusa al Gobierno de limitar la entrega de dólares para adquirir materia prima y suministros a las empresas que elaboran estos productos. Pero el presidente Nicolás Maduro insiste en que “hay una guerra económica”, que busca derrocar su gobierno.
Sin embargo, los analistas aseguran que el problema radica en los controles de precios y del tipo de cambio en Venezuela, que depende del 90 % de las importaciones, en un país donde existe un estricto sistema cambiario controlado por el Estado, que es el que provee los dólares para las adquisiciones.
HACIA LA ‘HIPERINFLACIÓN’
Venezuela va hacia la “hiperinflación”, dijo a medios locales el director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación venezolana de Maestros (Cendas), Óscar Meza, al explicar que de llegar a esta proyección “se destruiría el ingreso familiar”. La canasta básica familiar se ubica en 54.204, 69 bolívares (unos 8.603,8 dólares, al cambio oficial de 6,3 bolívares) y se requieren casi ocho salarios mínimos de 6 mil bolívares (unos 1.075,47 dólares) para poder cubrirla.
“Entre junio del año pasado y junio de este año se generó 163,6 % de aumento porque la canasta alimentaria costaba 20.560,85 bolívares) hace un año, y un año más tarde 54.204,69”, explicó el Director de Cendas.
CRECEN LOS SAQUEOS Y LA VIOLENCIA EN FILAS
La imagen de venezolanos que saquean supermercados se ha repetido por estos días en Venezuela, ante un agravamiento de la falta de productos básicos.
Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), una ONG que monitoriza las protestas en la nación petrolera, el primer semestre del año se produjeron 56 saqueos y 76 intentos de saqueo en todo el país.
El más reciente caso, de una serie de saqueos e intentos de robo, se dio esta semana frente a un supermercado estatal en el oeste de Venezuela, donde una turba dejó a empleados del local con moretones en el cuerpo y arañazos en el rostro mientras intentaba saquear el local.
Algunos de los agresores, que iban en busca de bienes de primera necesidad que hoy escasean en el país, retuvieron a clientes del ‘Abasto Bicentenario’ de la ciudad de San Cristóbal, pero fueron apresados por la Policía. Ya la semana pasada fue asesinado un joven frente a un centro de abastecimiento en San Félix, en el estado Bolívar al sur del país. Para las autoridades, estos actos de violencia son orquestados por la oposición, a quien también acusa de generar una sensación de escasez.
María Victoria Cristancho
Subeditora
@mavicristancho