La falta de contundencia y de medidas concretas en la comparecencia de ayer del presidente del BCE, Mario Draghi, decepcionó al mercado, lo que hundió todas las bolsas europeas e hizo repuntar la prima de riesgo de los países periféricos, según los expertos.
La subida más pronunciada fue la de la prima de riesgo española -que mide el interés adicional que piden los inversores por comprar deuda de este país en lugar de alemana-, que ha sumado 58 puntos básicos en la sesión, hasta cerrar en 594 unidades, de nuevo con la rentabilidad del bono a diez años al 7,17 por ciento.
También se vio afectado el riesgo del país italiano, que al alcanzar 510 puntos superaba la prima de riesgo de Irlanda, un país rescatado, que quedaba en 482 unidades, aunque la isla utiliza como referencia títulos a nueve años y no a diez como el resto.
La decepción, unida al repunte de la prima de riesgo, golpeó con fuerza a la cotización de todo el sector financiero europeo, lo que ha terminado por lastrar las grandes plazas.
El IBEX 35 español se desplomó un 5,2 por ciento, mientras que su par italiano lo acompañó con una caída del 4,6 por ciento.
LAS EXPECTATIVAS
Los mercados esperaban que Draghi anunciara medidas concretas para aliviar la presión desde que la pasada semana asegurara que haría “todo lo necesario” para preservar la moneda única, lo que se tradujo en una cierta euforia en las bolsas y primas de riesgo.
Sin embargo, tras la reunión de ayer del BCE, Draghi se limitó a apuntar que el organismo actuará solo bajo la “estricta condicionalidad” de que los países pidan que se activen los fondos de rescate temporal o permanente para comprar deuda soberana.
También subrayó que el BCE no va a sustituir a los Gobiernos y que, por tanto, solo hará “operaciones en el mercado secundario de un tamaño adecuado para alcanzar su objetivo”, cuando se le pida formalmente.
Analistas explican que el mercado quería medidas contundentes y en lugar de ello recibió palabras vagas por parte del BCE.