Brasil está más preocupado por la fortaleza de su tipo de cambio que por los precios del petróleo, y está considerando recortes en los impuestos a los combustibles para desacelerar la inflación, dijo el secretario del Tesoro, Arno Augustin.
El recorte sería al impuesto a los combustibles, conocido como Cide, en un intento por frenar la aceleración más rápida desde el 2005, dijo Augustin.
El Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff está analizando recortar también los impuestos a la electricidad después de que la inflación excedió el límite superior del rango establecido por el Gobierno el mes pasado, aseguró una fuente familiarizada con las discusiones.
Así mismo, está considerando una combinación de tasas de interés más altas, medidas para frenar el crédito y recortes en el gasto en su esfuerzo por contener la inflación. El presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, dijo que los responsables de las políticas aumentarán la tasa a un día por un periodo “suficientemente prolongado” para asegurar que la inflación se desacelere el año próximo.
La tasa de inflación anual de Brasil aumentó a 6,51 por ciento en los 12 meses que culminaron en abril, la primera vez que el índice de referencia Ipca excedió el límite superior de 6,5 por ciento del rango esperado desde el 2005. El Banco Central fijó el objetivo de inflación en 4,5 por ciento, más menos dos puntos porcentuales. Petróleo Brasileiro SA, la compañía petrolera estatal brasileña, dijo que está recortando los precios de la gasolina un seis por ciento.
El gobierno estudia una combinación de tasas de interés más altas, medidas para frenar el crédito y recortes en el gasto para cumplir con la meta del IPC en el 2012.
BLOOMBERG